«Arrels i fang» (Raíces y fango) de Joana Santamans en Juno House Juno House, centro referente de estilo de vida y relaciones esencialmente representado por mujeres, acaba de iniciar su iniciativa Beyond Art (más allá del arte), un proyecto que busca visibilizar la creación femenina y combatir su aún escasa representación en el panorama artístico nacional. Mucho más que un club social, Juno es un punto de encuentro para el emprendimiento, el apoyo y el diálogo intergeneracional. Este hogar, donde todo nace, cuenta con una agenda cultural dinámica que alberga contenidos multidisciplinares. Su nueva apuesta cultural se ha inaugurado este martes junto a la exposición «Raíces y fango» (2024), la nueva colección abstracta de Joana Santamans que explora una conexión profunda entre feminidad y naturaleza . En su presentación, conducida por Montserrat Rigall, la artista catalana insistió en su voluntad de retratar la naturaleza más sincera, no la que salimos a buscar fuera sino la que ya nos constituye desde el origen. Santamans propone un viaje introspectivo hacia nuestras raíces que, en diálogo con su entorno se extienden para redescubrir lo esencial. El espacio de Juno House, en armonía con la muestra, protege los cuadros con formas onduladas, materiales cálidos y tonos verdes, tierra o rosados, haciendo alusión a la feminidad y la naturaleza que nos sostiene. Esta coincidencia no es casual; ya existe una conexión real entre nuestra capacidad sensitiva y la naturaleza, pero cada vez más olvidada. Además, ambas, Juno y Joana comparten la misma visión de diseño o creación como proceso orgánico donde los accidentes y la intuición guían el trazo. Esto mismo, explica la autora, sucede en la maternidad, una experiencia que ha transformado su práctica artística . Como en la expresión pictórica, el baile de la maternidad también es un proceso creativo guiado por la naturaleza. Por ello, ésta es tanto autora como representación. Frutos de nuestras creaciones En conversación con la artista sobre su relación con la maternidad a lo largo de la composición de estas obras, debido a la simetría de ambos procesos donde dar a luz es equivalente a recibirla, concluye que somos también frutos de nuestras creaciones. Santamans refiere a esta sinergia entre sujeto y objeto de esta manera: «La maternidad te rompe de arriba a abajo, cambia a una mujer de hija a madre» . Para la pintora, la maternidad ha significado volver a nacer; volver a emprender un nuevo camino de aprendizaje. Esto ocurre al mirar hacia afuera, al dirigirse hacia el otro. El nexo entre cuerpo y arte remite a una verdad esencial: el ser humano es naturaleza. En la modernidad cada vez más virtualizada vivimos en castillos aéreos en los que hemos otorgado el máximo poder a ficciones creadas por la imaginación humana (la fama, el tiempo y el dinero distan de la naturaleza más primaria) mientras ignoramos la vida que nos tiende directamente la mano. El arte y la maternidad, en cambio, con su imprevisibilidad salvaje, nos traen constantemente al presente; actúan como un recordatorio de nuestra condición terrenal. «Puedes planificar tu semana, pero el sueño o la salud del bebé determinarán tu día», reflexiona, «eso te devuelve al fango, al origen, donde todo el ego puede esperar» . Raíces y fango se convierte así en un homenaje a la vida en todas sus formas: a la maternidad como acto creativo, a la naturaleza como matriz de la existencia y al arte como medio para reconciliarnos con nuestro ser más primitivo. La exposición dialoga con otra interesante propuesta cultural de la ciudad: «Amazonias. El futuro ancestral» (en el CCCB hasta el 4 de mayo), donde también se muestra una codependencia entre naturaleza y feminidad (binomio que remite al de creación y conservación) a través del ritmo lento. En un mundo cada vez más virtual y acelerado, la obra de Joana Santamans nos recuerda que la verdadera revolución pasa por detener, observar y reconocer . Su pintura, como un pulso orgánico, busca devolvernos a lo imprescindible. Esta idea de retorno resuena en sus mayores influencias, que por encima del expresionismo abstracto americano, la gestualidad de Schiele, la observación naturalística de la tradición flamenca, y la honestidad de artistas contemporáneas como Pam Evelyn o Marria Pratts, ya estaba en su infancia: «Los museos me dieron un oficio: un entrenamiento a pararme y observar» . A propósito de estas dos últimas menciones, Santamans destaca la concurrencia de mujeres artistas que expresan la conexión con una propia autenticidad; tendencia de la que ella misma se siente parte. Joana Santamans no solo expone su obra en Juno House hasta el 26 de mayo , sino que invita a acentuar la vida a través del abrazo y reencuentro propio en ésta. Existe un pulso silencioso que si cerramos los ojos frente a los cuadros de la artista, aún se puede oír.
