Energía nuclear, tarde y mal
Hace casi cuatro décadas, Extremadura vivió como un éxito colectivo, territorial, identitario, el parón de las obras de la central nuclear de Valdecaballeros. Resultó una calamidad, muy celebrada en plazas y aulas, porque ya entonces la beatería progresista se había convertido en el discurso dominante y omnipresente. Se cerró Valdecaballeros antes de abrirse y hoy es el día en que todavía no han encontrado una alternativa industrial mientras Almaraz, la otra central, sigue siendo una de las joyas de la región. Читать дальше...