Ya blindados Mikel Merino en el verano de 2020 e Isak en el del año pasado, la Real se plantea acometer este año otro proceso de renovación estratégica y vinculante, que condicionará otras decisiones: la de Mikel Oyarzabal Ugarte. De momento, hay calma porque el eibarrés firmó en 2018 hasta el 30 de junio de 2024, por lo que quedan dos temporadas y media para que finalice su vínculo, pero en Anoeta no lo quieren demorar más. Está en la primera escala salarial del plantel y asegurado con una cláusula de 75 millones de euros.