El secreto del «enorme desgaste» que supuso la construcción del Pirulí: «Lo dibujé en una tarde»
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«Ha sido una aventura fascinante, un ejercicio imprescindible de colaboración interdisciplinar, una muy estimable demostración del nivel de tecnología nacional y, como dicen mis hijos, un ‘farde’», comentaba su arquitecto, Emilio Fernández Martínez de Velasco, aquel año. Fue proyectada para emitir en todo el planeta los partidos del mundial de fútbol de España. «La dibujé en una tarde, conté con un equipo de ingenieros estupendos, aquel verano no hizo viento y no llovió una gota... ¡el Pirulí estuvo chupado! Es un obelisco funcional, un hito por la altura, pero nada más; no pretendía ser espectacular o bonita, sino útil», contó después en ‘El País’.
La primera noticia en ABC apareció dos semanas antes de su inauguración, al lado de otra sobre el gran protagonista de tan magno evento: ‘Bélgica busca la forma de anular a Maradona’. Y explicaba este diario: «El objetivo principal de Torrespaña es la asistencia técnica necesaria para que los 3.000 enviados de las diferentes cadenas de radio y televisión de todo el mundo puedan informar de lo que sucede en los 17 campos donde tendrán lugar los partidos».
El fuste que sostiene el pirulí se erigió en apenas 45 días, a un ritmo de cuatro metros diarios, con un espesor de un metro en sus paredes que se va reduciendo hasta los 40 centímetros a medida que gana altura. Sobre este se sitúa el centro de control que se compone de cuatro plantas cerradas con paneles de acero. Por encima se elevan otras cuatro plataformas para antenas y, finalmente, la antena final de 45 metros. En el momento de su inauguración, era la novena torre de televisión más alta del mundo, siendo la primera la de Toronto, con sus 550 metros. La española, sin embargo, se construyó con una técnica pionera que fue implementada por de RTVE fallecido en 2014.
Plano general del Pirulí
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Óscar del Pozo
Un edificio más
«Fue la primera torre que se hacía con esa tecnología en esa época y supuso un avance que luego se empleó en alguna más en Europa. Es lo que llamamos tentetieso, es decir, la plataforma de abajo no es que esté súper-anclada para que no se pueda cimbrear, sino que realmente el propio peso de la torre sostiene la torre», explicaba ese mismo año el responsable de Torrespaña, Ricardo Luján. El hijo del arquitecto reconocía después en TVE que la obra fue «un hito» «por lo increíblemente barata que resultó y por la responsabilidad que suponía llegar en plazo de cara al mundial». Y añadía: «Fue un enorme desgaste para mi padre. Se le quedó el pelo blanco en cuestión de meses y dormía una noche de cada dos porque se quedaba trabajando».
Martínez de Velasco, sin embargo, fue algo más que el arquitecto del Pirulí. En sus años al frente del Departamento de Arquitectura edificó más de 300.000 metros cuadrados para RTVE. Estos incluían centros emisores y centros territoriales en prácticamente todas las provincias, las instalaciones de Torrespaña ubicadas a la sombra del Pirulí, el centro de producción de San Cugat en Barcelona, el Edificio de Usos Múltiples de Prado del Rey y la Casa de la Radio, este último del que más orgulloso se sentía por ser su primer gran proyecto cuando era joven.
Su obra más famosa, sin embargo, está construida para soportar una cantidad gigantesca de peso y vientos de hasta 200 kilómetros por hora. Ahora, cuando se producen rachas fuertes, el Pirulí puede oscilar más de un metro, lo que hace que mucha gente se maree cuando se encuentra en el centro de control. Pero en sus 40 años de vida, el Pirulí solo ha sufrido un apagón como consecuencia de un incendio en la torre, el 28 de agosto de 2002, que dejó a los madrileños sin televisión durante tres horas.