Ha tenido problemas de humedades, instalaciones desfasadas, una falta sangrante de mantenimiento de la fachada que obligó a colocar una red para evitar desprendimientos... El Museo Arqueológico de Sevilla no ha envejecido bien en sus 75 años de historia. Este 25 de mayo de 2021, se cumplen las bodas de platino desde su inauguración como centro expositivo del gran patrimonio que dejaron las distintas civilizaciones que pasaron por la ciudad. Ahora, este inmueble que se construyó en 1916 para ser el Pabellón de Bellas Artes de la Exposición Iberoamericana de 1929 y que acogió la colección arqueológica municipal en 1946, por fin está en proceso de rehabilitación. Tras concluir la mudanza de las piezas de forma provisional al almacén de San José de la Rinconada, han comenzado las obras que tienen un plazo máximo de cinco años. Se espera que el Museo Arqueológico abra sus puertas en 2025 . Sin embargo, a pesar de que se trata de un anhelo muy reclamado al Estado como propietario y a la Junta de Andalucía como gestora de su contenido, existe una gran preocupación entre los conservacionistas por el impacto que pueden causar estos trabajos en un edificio declarado Monumento Histórico Artístico y Bien de Interés Cultura l. La Real Academia de Buenas Letras acoge este jueves una conferencia a la que acudirán el exdirector del museo Fernando Fernández, así como el investigador Alberto Villar Movellán, uno de los principales expertos en la obra de Aníbal González y el movimiento regionalista; y el presidente de la asociación de profesores 'Ben Baso', José Manuel Baena. En el coloquio, se debatirá sobre las particularidades arquitectónicas del inmueble y del riesgo que existe de que estas obras alteren su configuración original, formada por una gran sala central y varias más pequeñas sobre las distintas etapas históricas. Los conservacionistas critican que la envergadura de estas obras, cuya inversión es superior a los 20 millones de euros por parte del Gobierno central -sin contar la mudanza que cuesta otros tres y que corre a cargo de la Consejería-, no hubiera sido necesaria de haber tenido un mantenimiento adecuado y se hubiera hecho por fases. Tanto es así, que su principal atractivo, el tesoro del Carambolo , que fue lo que impulsó al museo tras su descubrimiento en 1958, lleva años oculto en un búnker por la falta de garantías de seguridad que impiden su exposición pública. Un gran museo sin visitas La desidia política que enterró otra vez el tesoro más rico de cuantos han aparecido en Sevilla también invitó a que cada vez hubiera menos visitantes en el centro . El museo, que expone una de las principales colecciones arqueológicas del mundo, iba en caída libre. Obsoleto y sin impulso cultural, pese a estar en uno de los epicentros turísticos de la ciudad, sus resultados contrastaban con su importancia. Se trataba de un gran museo sin apenas visitantes. Precisamente esta fue la principal razón por la que se creó hace hoy 75 años. Hasta 1942, existían en Sevilla varios centros de exposición de las piezas arqueológicas. Los más importantes eran el Museo Provincial, que estaba en el actual Bellas Artes, donde se exponían fundamentalmente los mosaicos; y, por otro lado, el Museo Municipal, que pasó del antiguo convento de la Merced a la Torre de Don Fadrique, donde aún perviven algunas piezas como la estatua de Fernando VII. Todas estas colecciones se llevaron al pabellón renacentista que diseñó Aníbal González, ya que tanto por su continente como por su ubicación eran el mejor espacio posible para crear este gran museo. Hoy, 75 años después, pese a estar cerrado por obras no hay fastos que conmemoren este aniversario. Cabe recordar que el arquitecto que lo diseñó planteó una plaza que rememorara el pasado esplendoroso tras el descubrimiento de América y la unión con el Nuevo Mundo, con los tres grandes movimientos artísticos de España: el plateresco (con el Museo Arqueológico, inspirado en el palacio de Monterrey de Salamanca), el mudéjar (el de Artes y Costumbres Populares) y el isabelino (el Pabellón Real). Había un cuarto punto de referencia en la Plaza de América, como era el monumento a Cervantes que diseñó Collaut Varela pero que nunca se llegó a hacer. Y, entre estos cuatro puntos cardinales, el agua como símbolo de los dos mundos que se unen y una vegetación extraordinaria que ocupaba toda la plaza. Hoy, ninguno de los tres edificios que la constituyen están aprovechados. El Pabellón Real espera el proyecto para convertirse en Centro Aníbal González El Pabellón Real fue concebido como un gran salón que recibiera a los dignatarios que visitaran la Expo del 29. Se inspiró en el gótico español de la época de los Reyes Católicos y, aunque en un principio iba a ser efímero, se decidió que tuviera carácter permanente y, por ello, en él trabajaron los mejores pintores y ceramistas de la época. Sin embargo, con el tiempo se dedicó a su uso simplemente a oficinas municipales. Pabellón Real en el Parque de María Luisa Jesús Spínola Hoy, tras la restauración del exterior que acometió el Ayuntamiento, espera la aprobación este año del plan museológico que pretende convertirlo en el Centro Aníbal González , recuperando la estructura original del inmueble y la apertura al Parque con un mirador exterior. El museo del regionalismo, según el Plan Director del Patrimonio Municipal, debe estar listo antes de 2024.
