Madrid, Cantabria, Canarias, Comunidad Valenciana y Melilla agotaron sus plazas de medicina de familia ya en la convocatoria ordinaria del MIR . Este miércoles se sumaron Castilla-La Mancha, Murcia y Ceuta. Son, en algunos casos, las que más pagan tanto a sus residentes como a los médicos que tienen plaza en propiedad, como se muestra en el gráfico que acompaña a esta información con datos del Centro de Estudios del Sindicato Médico de Granada, que analiza de forma recurrente las condiciones de los profesionales. Código Desktop Imagen para móvil, amp y app Código móvil Código AMP 1146 Código APP En el caso de los salarios de los residentes de primer año en 2023 es Canarias la comunidad que encabeza la lista, con 20.306 euros brutos anuales. Hay que tener en cuenta que estos datos no recogen las subidas que hubo a finales del año pasado y principios de 2024. Tampoco se tiene en cuenta a Ceuta y Melilla para calcular la media española, que es de 18.443 euros, pues tienen circunstancias especiales, como un complemento de residencia, que desviarían los datos de la realidad nacional. Baleares y Madrid siguen la relación, con 19.841 y 19.835, respectivamente. Estas cantidades no recogen las guardias, que suponen cuantías importantes en muchas ocasiones. Sin embargo, se presupone que a la hora de escoger plaza y especialidad los residentes miran también por su futuro y por las condiciones laborales. Los datos estiman lo que cobran los médicos con plaza en propiedad que trabajan en Atención Primaria en las distintas comunidades. Para un facultativo en estas condiciones, con dedicación exclusiva y al que le corresponden cinco trienios -complemento salarial por cada tres años de trabajo- es Murcia la que más paga, con 72.553 euros brutos anuales (sin guardias). Le siguen Navarra (68.788 euros) y Madrid (67.221). Navarra sin embargo no ha logrado agotar sus plazas, pues tras la convocatoria extraordinaria han quedado siete desiertas. Estas tres regiones con también las que mayores retribuciones dan a sus facultativos cuando estos alcanzan un nivel profesional mayor, con diez trienios. Noticia Relacionada estandar No El Círculo de Empresarios pide «superar la dicotomía ideológica» y promover la colaboración público-privada en sanidad Elena Calvo Propone ampliar la presencia del sector privado en aspectos relativos a la innovación tecnológica aplicada al sistema sanitario Por el contrario, las que menos pagan a los médicos más experimentados son Canarias, Baleares y Cataluña. La convocatoria extraordinaria del MIR ha finalizado con 246 plazas desiertas en Medicina de familia, casi el doble que el año pasado, cuando fueron 131. Las principales sociedades de médicos de Atención Primaria creen que «hay que prestar atención» a la especialidad para que el desastre no vaya a más. Pilar Rodríguez Ledo, presidenta de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), considera que no se puede abordar el problema de la misma forma que en los años anteriores porque si no, no cambiará. Se refiere, entre otras cosas, al empeño por aumentar las plazas que se ofertan en lugar de optar por otras vías como mejorar las condiciones de los facultativos. «El problema no es la falta de plazas, en este momento tenemos un número que se oferta más que suficiente, pero no puede ser la única medida», reclama en conversación con ABC. Hacer la profesión atractiva Rodríguez Ledo ve imprescindible que se potencie la Atención Primaria en las universidades, con una formación real en Medicina de Familia, algo que, asegura, a día de hoy no ocurre. También consideras que hay que pensar en las necesidades actuales de los jóvenes, hacerles la profesión atractiva. «O invertimos en todo y abordamos el problema en su totalidad o esto son parches que no sirven para nada más», remarca. Aun así, destaca que Medicina de familia «sigue siendo la especialidad más elegida». Algo más optimista se muestra Rafael Micó, vicepresidente primero de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), que cree que la situación «no es peor que la del año pasado». Pero insiste en que se debe «cuidar la especialidad». «Hay que reflexionar sobre cómo podemos cuidarla más, con más tiempo para la investigación, formación y conciliación familiar», apunta, y no olvida la necesidad de poner el foco en las zonas rurales, las «más preocupantes» por la falta de profesionales. Aumentar las plazas, opina, no es suficiente si no se acompaña de condiciones laborales adecuadas. «Hay un maltrato y hay que corregirlo. Los diagnósticos están hechos y las soluciones sobre la mesa. Solo hay que aplicarlas», concluye.
