Las revelaciones de ABC respecto a la información confidencial sobre Alberto González Amador, pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, han revolucionado las ruedas de prensa que los partidos políticos protagonizan habitualmente los lunes como inicio de la semana y tras las reuniones de sus comités de dirección. En la madrileña calle Bambú, sede nacional de Vox, el protagonista de la comparecencia, José Antonio Fúster, ha reaccionado además a la noticia del día conjugando sus dos papeles dentro del partido: portavoz del Comité de Acción Política y presidente de Vox Madrid. Como tal, ha mostrado su perplejidad por la información que revela que el líder de los socialistas madrileños, Juan Lobato, habría recibido del Palacio de la Moncloa el documento confidencial sobre González Amador. En concreto, de la que era jefa de gabinete de Óscar López, entonces jefe de gabinete del presidente del Gobierno. Fúster ha dejado claro que Vox no comparte las políticas de Isabel Díaz Ayuso al frente de la Comunidad de Madrid, su empeño en «disfrazarse de Vox» pero después no aplicar sus políticas. Pero ha asegurado que nunca se les ocurriría recurrir a métodos como los que ha denunciado que usa el Gobierno de Pedro Sánchez. «Estamos en contra de las políticas de Ayuso pero jamás haríamos tal cosa como promover la destrucción personal utilizando métodos innobles, vergonzosos y pervirtiendo las instituciones españolas», ha rechazando las prácticas que ha conocido a través de la información de ABC. En cualquier caso, el portavoz de Vox cree que esta actuación no es más que reflejo de «lo que es el PSOE, el Gobierno de Sánchez y también el Partido Socialista de Madrid. »Son así, como el escorpión y la rana. La naturaleza del PSOE es utilizar las instituciones en su beneficio«. Además, ha apuntado que la misma tesis la corrobora el informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que aprecia una «participación preeminente del fiscal general del Estado», Álvaro García Ortiz, en la filtración denunciada por Alberto González Amador. «Es que así actúa el socialismo destructor», ha apuntado Fúster explicando que el Ejecutivo «asalta todas las instituciones» con el objetivo de «usar los resortes del poder contra los adversarios políticos». Esto es lo que ha recordado que Vox advirtió en las dos mociones de censura contra Pedro Sánchez que lideró la pasada legislatura. «Hay otros que no lo querían ver», ha dicho deslizando una crítica al Partido Popular, al que ha censurado que su oposición al Gobierno no sea completa y siga firmando acuerdos con los socialistas, como la elección de Teresa Ribera como vicepresidenta de la Comisión Europea. En el mismo sentido, ha cuestionado la idea lanzada la pasada semana por el líder de los populares, Alberto Núñez Feijóo, de liderar una alternativa si alguno de los socios de Sánchez está dispuesto a cambiar de opinión. «Que nos conste, solo se lo ha ofrecido a los partidos que apoyan a Pedro Sánchez», ha indicado dejando ver que no ha habido ningún contacto entre ambas formaciones. En esta línea, ha recordado que Vox ha iniciado muchas iniciativas para formar un frente contra Sánchez, como una carta que remitió Santiago Abascal a Feijóo y de la que el PP «ni siquiera dio acuse de recibo». «El PP, si de verdad quiere construir una alternativa de oposición real, tendría que abandonar ciertas políticas de pactarlo todo y consensuarlo todo», ha explicado. Insistiendo en Teresa Ribera, ha lamentado que el PP español «no haya sido capaz» de convencer a sus aliados en Europa de que no podía ser elegida, a diferencia de lo que ha asegurado que ha hecho Vox, que «ha conseguido» que sus socios en el grupo de Patriots voten en contra, incluido el partido del húngaro Víktor Orbán que optaba a un puesto en la Comisión. Como ejemplo ha puesto la comparecencia de este lunes de Sánchez en el Palacio de la Moncloa para oficializar su sustitución en la Vicepresidencia de Transición Ecológica por Sara Aagesen. «Claro que Teresa Ribera deja una huella -ha denunciado Fúster-. Cientos de muertos en Valencia, esa es la huella».