La oposición asegura que ha conseguido una mayoría de dos tercios en la Asamblea venezolana
Tanto Márquez como el secretario ejecutivo de la alianza opositora, Jesús Torrealba, calificaron como "mezquino" el retraso del Consejo Nacional Electoral (CNE) en anunciar los resultados que dan a la MUD "la mayoría calificada". Según la autoridad electoral, aún quedan por adjudicar 22 escaños cuyos resultados con ese porcentaje de escrutinio no muestran todavía una tendencia "irreversible", algo obligatorio por normativa electoral en Venezuela para poder anunciarlos.
La MUD anunció que en Caracas ganó en todos los circuitos electorales y sus candidatos derrotaron a los oficialistas Freddy Bernal, Ernesto Villegas y Jacqueline Faria. Márquez declaró que, asimismo, salieron victoriosos en todos los circuitos de los estados de Anzoátegui, Aragua, Barinas y Bolívar. El triunfo en Barinas significó la derrota del candidato del PSUV Argenis Chávez, hermano del fallecido presidente Hugo Chávez. Por su parte, el coordinador nacional de Voluntad Popular en ausencia del líder Leopoldo López, Freddy Guevara, anunció que el próximo jueves tendrán una reunión en Caracas de todos los candidatos electos por la plataforma opositora.
La diferencia entre una mayoría simple y una mayoría absoluta en la Asamblea Nacional es definitiva porque estas elecciones parlamentarias no implican, en principio, el final del 'chavismo' o de la 'revolución bolivariana'. Y es que Nicolás Maduro continúa siendo el presidente de Venezuela y, según la legalidad venezolana, puede tomar decisiones al margen de la Asamblea. La coordinación de los tres poderes: el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial es necesaria para lograr decisiones significativas. Las medidas de la Asamblea pueden ser bloqueadas por los otros dos poderes. Además, una parte importante de los venezolanos sigue considerándose 'chavista' y el proceso de la 'revolución bolivariana' es un camino largo que ha tardado muchos años en gestarse y que ha transformado el país. No es algo que vaya a cambiar de la noche a la mañana.
Sólo con la mayoría simple la oposición podrá designar la junta directiva de la cámara -algo de la que nunca ha formado parte-, aprobar el presupuesto nacional y créditos adicionales, iniciar investigaciones a funcionarios públicos y aprobar una publicitada Ley de Amnistía que busca liberar a quienes consideran "presos políticos", entre ellos al líder de la oposición Leopoldo López. Además, podrían intentar bloquear todas las iniciativas que los oficialistas puedan tener en el Parlamento para golpear aún más la imagen de Maduro. Por otro lado, está la posibilidad de que la oposición logre los tres quintos de los escaños, es decir, una mayoría de 100 diputados, lo que abriría la puerta a la posibilidad de aprobar un voto de censura del vicepresidente y los ministros, algo que implicaría su destitución.
La posibilidad de que los opositores consigan la mayoría de dos tercios de los asientos permitiría llevar a referéndum los proyectos de ley, tratados, convenios o acuerdos internacionales y nombrar o remover a miembros de los otros poderes públicos, pero con autorización del máximo tribunal del país, que está en manos del oficialismo. Aunque Maduro ha reconocido la victoria de sus enemigos en los comicios, lo cierto es que el oficialismo y la MUD acaban de comenzar una nueva batalla en la que los opositores han conseguido muchas más armas.
De momento, la oposición ha dicho que buscará dos cosas en primera instancia: promulgar una ley de amnistía que permita la liberación de los llamados presos políticos y aprobar una ley que reactive la producción nacional. De paso, también asegura que busca "devolverle la democracia al país", pues considera que las instituciones del Estado se han politizado y perdido su autonomía. Todo esto, en teoría, lo puede al menos promover con una mayoría simple en el Parlamento.
Por contra, varios expertos han vaticinado la posibilidad de que esa Asamblea promulgue leyes que vayan en contra de los objetivos opositores, como por ejemplo una Ley Habilitante que le permita a Maduro gobernar por decreto los próximos 6 o 12 meses. De hecho, Maduro posee poderes especiales hasta el 31 de diciembre.
El otro obstáculo que enfrenta la Asamblea opositora, que tomará posesión el 5 de enero, es que cualquier ley que apruebe puede ser vetada por el presidente o por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ). El TSJ, que es considerado un aliado del Ejecutivo, no ha fallado una sola sentencia en contra del gobierno en los últimos 9 años, según un reciente libro que estudió más de 40.000 fallos.
Así, dependiendo de si la oposición finalmente se queda con una mayoría simple o absoluta, existe la posibilidad de que haya un choque de trenes institucional que limite la gobernabilidad del Estado venezolano. El Consejo Nacional Electoral (CNE) no dijo cuándo anunciará los resultados para los 22 votos restantes. Y el poder de la oposición depende de si obtiene esos asientos de más que le darían una mayoría calificada.
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