«Señores del TSJ: ninguna sentencia sustituirá la soberanía popular», aseguraba ayer en su cuenta de X el candidato unitario de la oposición, Edmundo González , una hora antes de que se hiciera público el dictamen de la sala electoral del Tribunal Supremo de Justicia, que avaló las actas presentadas por el CNE que daban la victoria a Nicolás Maduro . «El país y el mundo conocen su parcialidad y, por ende, su incapacidad de resolver el conflicto; su decisión solo agravará la crisis. Los venezolanos no estamos dispuestos a renunciar a nuestra libertad ni a nuestro derecho a cambiar en paz para vivir mejor», subrayaba. Poco después el organismo controlado por el chavismo confirmaba lo que muchos esperaban, y la reacción de González no tardó en llegar: «La soberanía reside intransferiblemente en el pueblo», escribió en sus redes sociales, recordando el artículo 5 de la Constitución venezolana, refrendada por Hugo Chávez en 1999. «Los órganos del Estado emanan de la soberanía popular y a ella están sometidos». Sus palabras iban acompañadas de una imagen con la que consideraba «nula» la sentencia del TSJ. También desde la oposición confesó su falta de sorpresa, ante la decisión del organismo chavista, Voluntad Popular, el partido fundado por Leopoldo López , quien fue encarcelado por el régimen y que tras huir se refugió en España. «No obstante, compartimos la indignación de los millones de venezolanos que elegimos un cambio el pasado 28 de julio», señaló este jueves en un comunicado, en el que subrayó la falta de pruebas que respaldan la sentencia. «Le piden al CNE publicar los 'resultados' totales y no mesa por mesa porque saben que eso sí demostraría la verdad. De tal tamaño es esta farsa del TSJ que incumplieron por completo el Reglamento General de Ley Orgánica de Procesos Electorales sobre cómo el CNE debe publicar los resultados de cada acta», argumenta. En el texto alerta además a la comunidad internacional de «que este documento eleva la represión y la persecución contra dirigentes de fuerzas democráticas, incluyendo a nuestro presidente electo Edmundo González. Ningún país democrático puede respaldar este atropello. Este es el momento clave para acompañar sin vacilaciones al pueblo venezolano y hacer valer sus derechos humanos». También mostró su rechazo a la sentencia del TSJ Tamara Suju, directora del Instituto Casla, que monitoriza la represión en Venezuela y que ha denunciado a Maduro ante la Corte Penal Internacional (CPI) por crímenes de lesa humanidad. «En Venezuela se materializa el golpe de Estado institucional ordenado por Nicolás Maduro al TSJ, cuya presidente es militante del PSUV [partido oficialista], FANB, AN, Fiscalía y Poder Judicial», escribió este jueves en su cuenta de X. Y corroboró lo que otras instituciones han denunciando: «El TSJ no tiene competencia para suplantar funciones electorales ni la independencia para emitir alguna opinión sobre las elecciones». Para la ONG Human Rights Watch, que también ha denunciado reiteradamente la represión ejercida por el régimen chavista, la decisión del TSJ «no es más que un burdo intento de encubrir judicialmente el fraude electoral», afirmó Juanita Goebertus, directora de la División de las Américas de HRW. Tras denunciar la falta de imparcialidad e independencia del organismo chavista, reclamó a la comunidad internacional «seguir exigiendo una verificación creíble por un tercero imparcial». Pocos han sido hasta el momento los líderes internacionales que se han pronunciado. Sí lo ha hecho, y de forma muy contundente, el presidente de Chile, Gabriel Boric , quien ha asegurado que «hoy el TSJ de Venezuela termina de consolidar el fraude. El régimen de Maduro obviamente acoge con entusiasmo su sentencia que estará signada por la infamia. No hay duda que estamos frente a una dictadura que falsea elecciones, reprime al que piensa distinto y es indiferente ante el exilio más grande del mundo solo comparable con el de Siria producto de una guerra«, ha escrito este jueves en su cuenta de X. El mandatario chileno, muy crítico con la violación de derechos humanos independientemente de la ideología de quien los ejecute, se ha referido a la frustración de aquellos que esperaban un cambio: «He visto a los ojos a miles de venezolanos que claman democracia en su patria y que hoy reciben un nuevo portazo. Chile no reconoce este falso triunfo autoproclamado de Maduro y compañía«. También se ha mostrado consciente de que sus palabras no serán bien recibidas por el régimen chavista y que tendrán respuesta: «Recibiremos (como es costumbre) insultos por parte de sus autoridades. No saben que como decía Huidobro 'el adjetivo cuando no da vida, mata', y ellos han asesinado la palabra democracia». A continuación, ha querido dejar claro que «la dictadura de Venezuela no es la izquierda» y que «es posible y necesaria una izquierda continental profundamente democrática y que respete los derechos humanos sin importar el color de quien los vulnere». Por su parte, el expresidente de Colombia Iván Duque , tras calificar la sentencia del TSJ como «un golpe a la resistencia democrática liderada por María Corina Machado», hizo un llamamiento al pueblo venezolano «a mantenerse en las calles, y a las fuerzas armadas a no permitir este golpe, ubicándose del lado de la decisión soberana».
