Año nuevo y nuevos impuestos
No podía ser de otra manera, este Gobierno aprovecha cualquier oportunidad para darnos un arreón impositivo, y la fecha del 1 de enero es perfecta para ello. De manera que, a partir de este primer mes del nuevo año, tenemos subidas garantizadas del aceite, la basura, el coche eléctrico, la luz y el ahorro. Se crea un nuevo gravamen para los fabricantes de cigarrillos eléctricos que encarecerá su precio, y se pone fin a la ayuda fiscal por hacer obras en los hogares que mejoren el consumo energético. También se está buscando la manera de cobrar el IVA al alquiler turístico, aunque esto tal vez tenga que esperar. El aceite de oliva escalará un 4%, igual que el pan, un 7% el aceite de girasol, pero la luz podría llegar hasta un 21%, y no digamos el gas, que está subiendo en los mercados primarios desde octubre. La Comisión Europea aprieta a España con el control de gastos y la señora Montero no tiene mejor idea que compensar, pero por la vía de incrementar presión fiscal, penalizando incluso a las autonomías que ahorran en costos y atenúan la fiscalidad, como es el caso de Madrid. De nada sirve que la Comunidad de Madrid cerrara el ejercicio con unas cifras que deberían ser ejemplo para todos. La CAM volvió a superar a Cataluña, situando a su economía como la de mayor peso dentro del PIB. Que los números de Madrid sean excelentes, pese a tener tasas bajas de fiscalidad, importa poco en la Administración Central, obsesionados como están sus gestores públicos con las políticas tributarias.