Una niña de 5 años se recupera de tuberculosis en un albergue para inmigrantes, según su padre, mientras las autoridades municipales confirman un “pequeño número” de casos

El preocupado padre vigiló durante toda la noche del pasado lunes 1 de abril cómo su hija de 5 años sufría una fuerte fiebre. Le puso paños en la frente, la obligó a beber sorbos de agua e intentó calmarla.

El venezolano dijo que había suplicado ayuda al personal esa noche en el refugio para inmigrantes gestionado por la ciudad en Ogden Avenue donde se alojan, pero le dijeron que tendría que pagar él mismo la ambulancia.

“Como no tengo permiso de trabajo ni dinero, no tenía forma de pagarlo”, dijo el hombre, que no quiso revelar su nombre por miedo a que le echaran del albergue por hablar con los periodistas.

El martes por la tarde, dijo que su hija había dado positivo en la prueba de la tuberculosis, al parecer uno de un “pequeño número” de casos confirmados de tuberculosis en inmigrantes en albergues gestionados por la ciudad. El Departamento de Salud Pública de Chicago declinó responder a preguntas sobre el número exacto de inmigrantes con casos activos de tuberculosis y qué albergues estaban afectados.

El padre contó al Tribune que horas después de que la fiebre de la niña alcanzara su punto álgido, los funcionarios sanitarios enviaron a la hija del hombre al hospital. Permaneció allí durante días, dijo, y luego le dieron medicación y la devolvieron al refugio de West Loop.

“Mi hija no debería estar ahora en un centro de acogida”, afirmó. “El hospital me dijo que necesita un alto nivel de atención médica, un área donde haya un bajo riesgo de infección”.

Según Jacob Martin, portavoz del CDPH, se han detectado casos de tuberculosis en los albergues desde que los inmigrantes fueron trasladados por primera vez a la ciudad en 2022, pero casi todos son casos latentes. En los refugios, a los inmigrantes que tienen casos activos de tuberculosis se les asigna una enfermera gestora de casos que lleva a cabo una investigación de rastreo de contactos. La ciudad aún no ha confirmado ningún caso en Chicago que haya sido resultado de la exposición a los recién llegados, dijo Martin.

Martin hizo hincapié en que no hay ningún brote de tuberculosis ni motivo de preocupación pública. Aún no está claro cuántos casos activos se han detectado en los refugios en los últimos días.

“No se trata en absoluto de un brote”, afirmó Martin. “Para que podamos caracterizar algo como un brote, necesitamos tener pruebas de transmisión de persona a persona, que no tenemos”.

Se trata de la última enfermedad infecciosa confirmada que llega a los centros de acogida, después de que el mes pasado un brote de sarampión suscitara dudas sobre la salud y la seguridad de los casi 9,700 inmigrantes que viven hacinados en 21 centros de acogida gestionados por la ciudad y el estado.

Desde el 7 de marzo, ha habido 56 casos de sarampión en Chicago, incluidos 33 niños menores de 4 años, según el CDPH.
La tuberculosis es una infección bacteriana grave que suele atacar los pulmones, pero puede extenderse a otras partes del cuerpo. Es poco frecuente, pero cada año se detectan entre 100 y 150 casos en Chicago. La enfermedad suele requerir varias horas de contacto prolongado para su transmisión por el aire y es tratable con antibióticos.

La tuberculosis latente es cuando una persona está infectada pero permanece asintomática y no contagiosa, según el CDPH. En alrededor del 5% de esos casos, la bacteria se reactivará, causando síntomas más adelante en la vida.

Martin señaló que “es importante tener en cuenta que se calcula que entre el 10% y el 20% de los habitantes de América Central y del Sur tienen una infección de tuberculosis latente, que es asintomática y no transmisible a otras personas, pero que da positivo en la prueba de la tuberculina”.

Más de 38,500 inmigrantes han llegado a Chicago desde que el gobernador de Texas, Greg Abbott, comenzó a transportar en autobús a los recién llegados desde la frontera sur en agosto de 2022.

Dada la cantidad de personas que están expuestas a la tuberculosis en algunos países en desarrollo, no es sorprendente ni preocupante ver casos en los centros de acogida, según Emily Landon, médica especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Medicina de Chicago y directora médica ejecutiva de prevención y control de infecciones del hospital.
“Estoy sorprendido de los pocos casos que hemos visto”, dijo Landon. “(La tuberculosis) no supone un gran riesgo para el público, desde luego no tanto como el sarampión”.

La enfermedad suele diagnosticarse con un análisis de sangre y una radiografía de tórax, y se considera que el paciente no es contagioso tras dos semanas de tomar un antibiótico.

“La gran mayoría de los casos que vemos son personas que lo contrajeron hace años y años, y se reactiva en su cuerpo y enferman, pero no es porque lo hayan contraído de otra persona”, dijo Martin.

Aunque se considera menos infeccioso que el sarampión, sigue existiendo la posibilidad de que se desarrollen casos primarios en refugios abarrotados, según Bessey Geevarghese, especialista en enfermedades infecciosas pediátricas del Hospital Northwestern Medicine Central DuPage.

“El riesgo es definitivamente mayor con los encuentros cercanos”, dijo Geevarghese. “Así que, ya sabes, especialmente en los refugios, donde hay mucha gente y las personas pueden tener ya tuberculosis latente, tienen un riesgo ligeramente mayor”.

En un albergue de Pilsen el jueves por la tarde, pocos inmigrantes habían oído hablar de casos de tuberculosis. Pero algunos se habían alarmado tras ver las noticias y enterarse de la propagación de otra enfermedad contagiosa en los espacios densamente poblados, dijeron.

“No queremos que vuelva a pasar lo mismo que con el sarampión”, dijo Alejandra Hernández, madre de tres niños pequeños. “Ellos (el ayuntamiento) deberían avisarnos lo antes posible para que busquemos la manera de proteger a nuestros hijos”.
Hernández dijo que todos sus hijos estaban vacunados contra la tuberculosis pero que, no obstante, le preocupa cómo o si la enfermedad bacteriana infecciosa podría afectar a otros niños inmigrantes.

Lo que también dificulta el control de la tuberculosis es su largo periodo de incubación, que puede dificultar el rastreo de los contactos, según los expertos. Las personas pueden estar infectadas pero no presentar síntomas hasta pasado un mes.

“Espero que el departamento de salud esté haciendo un buen seguimiento de los contactos para asegurarse de que identifican a cualquiera que haya estado expuesto, y asegurarse de que examinan a esas personas lo antes posible”, dijo Geevarghese.

Según Martin, cuando los inmigrantes llegan por primera vez a las zonas de desembarco de Chicago, se les examina para detectar problemas médicos agudos, incluidos síntomas de tuberculosis. Los que presentan síntomas son enviados a hospitales locales y reciben una evaluación más exhaustiva.

También se examina a los recién llegados para comprobar si cumplen los requisitos para vacunarse contra el sarampión, la gripe y la vacuna COVID-19. Aunque existe una vacuna contra la tuberculosis, se utiliza principalmente en países donde la enfermedad es más común. Tampoco garantiza la inmunidad.

Aun así, Landon dijo que confiaba en la capacidad de la ciudad para detectar y prevenir los casos de tuberculosis activa.
“Hay muchas preocupaciones con los refugios, pero no creo que el hecho de que todo el mundo contraiga tuberculosis sea una de ellas”, dijo Landon. “Probablemente no sea una de las cosas que más me preocupen”.

Mientras tanto, el padre de la niña de 5 años dijo que su hija se está recuperando. Le han dado medicamentos para los próximos cuatro meses.

Pero sigue preocupado. Dice que casi todos los niños del centro tienen tos o están resfriados. Sus tres hijos están enfermos y desearía que el personal del albergue les prestara más atención.

El jueves, un amigo le dio $10 para que pudiera comprar sopa para su hija.

-Traducción por José Luis Sánchez Pando/TCA