Las personas sin hogar que utilizan la CTA como refugio piden más seguridad tras el cuádruple asesinato
Dos oficiales de la Policía de Chicago patrullan la estación Howard de la Línea Roja el miércoles por la noche. El martes por la noche, un trabajador de la CTA resultó herido de bala en un ataque en un vagón.
Michael Tyus mantendrá su cabeza "dando vueltas" con más frecuencia en los trenes de la Autoridad de Tránsito de Chicago (CTA, por sus siglas en inglés) después de enterarse de los últimos episodios de violencia de esta semana en el sistema de transporte público.
El lunes, cuatro personas murieron en un tiroteo en un tren de la Línea Azul en Forest Park. Tres de las víctimas estaban dormidas cuando les dispararon, y al menos una de ellas no tenía vivienda.
“Quizás sea más precavido, miraré a mi alrededor, mantendré la cabeza en alerta, seré consciente de lo que me rodea”, señaló Tyus, que no tiene vivienda y utiliza los trenes como refugio.
El martes por la noche ocurrió otro tiroteo en el que resultó herido de gravedad un trabajador de la CTA frente a la estación de Howard Street en Rogers Park.
Tyus, de 43 años, y un par de docenas de personas sin hogar se encontraban en la estación de Howard el miércoles por la noche. Dos veces por semana, el Night Ministry instala en las estaciones de Howard y Forest Park mesas llenas de comida y agua, una sala médica improvisada con una enfermera, material de reducción de daños y otros servicios para personas sin hogar.
Las estaciones situadas al final de las líneas de tren de la CTA, como la estación de Howard en Rogers Park y la estación de Forest Park, en los suburbios del oeste, son un refugio para las personas sin hogar.
“Hay mucha gente que depende de los trenes para mantenerse abrigada”, dijo Tyus.
Tyus, de North Lawndale, dijo que frecuentemente solía viajar en la Línea Azul, pero que últimamente prefiere hacerlo en la Roja porque se siente más seguro.
En una rueda de prensa esta semana, el presidente de la CTA, Dorval Carter Jr., dijo que las personas que duermen en los trenes no deben temer por sus vidas a pesar del ataque del lunes. También dijo que la CTA proporciona asistencia a las personas sin hogar.
Jami Osowski, de 36 años, llegó a Chicago esta semana procedente de Indiana y aún no ha encontrado alojamiento. Aunque no ha utilizado la CTA desde que llegó a la ciudad, no se siente desalentada por la reciente violencia.
“Especialmente en una ciudad como Chicago, tienes que usar el transporte público porque es ridículo, no puedes pagar tanto por estacionamiento y cosas como esas”, dijo Osowski. “El transporte público es algo estupendo, no deberíamos eliminarlo”.
Gary Beckman, de 44 años, que ha estado viviendo en una tienda de campaña en Skokie, dijo que acude a casi todos los eventos de Night Ministry en las estaciones de Howard y Forest Park. Lleva casi toda su vida sin vivienda y viajando en la CTA.
Los eventos como el del miércoles por la noche con el Night Ministry son un impulso para aquellos que buscan ayuda, pero una vez que las organizaciones se retiran, “es como si cada quién ve por sí mismo”, comentó Beckman.
“Tienes que defenderte, averiguar dónde va a estar tu próxima comida, si vas a despertarte sin que alguien se meta contigo o intente matarte”, dijo.
Criticó a la Municipalidad por haber cerrado albergues para personas sin hogar en los últimos años y dijo que es necesario hacer más para ayudar a encontrar lugares para que la gente se quede, como en edificios desocupados.
Beckman también dice que ha notado que los trenes y autobuses de la CTA se han ensuciado más con los años y son menos seguros. Dice que le gustaría ver guardias de seguridad o encargados de interrumpir la violencia vigilando los trenes.
“Empezar a tener gente ahí fuera que se preocupe por la gente, que quiera ayudar”, dijo Beckman.
Osowski añadió que la violencia en los trenes y en otros lugares podría evitarse si los gobiernos locales y federales abordaran mejor problemas de fondo como la salud mental y la falta de vivienda.
“Si se cubrieran las necesidades básicas de todos, la violencia disminuiría porque la gente no dormiría en los trenes”, afirmó Osowski. “La gente no se volvería violenta porque sus necesidades están cubiertas”.
Traducido por Gisela Orozco para La Voz Chicago