Llegar tarde en política: sobre privilegios y decencia

Supongo que oír nombrar a Michael Bates a muchos de ustedes no les dirá nada, pero seguro que han escuchado la noticia de la semana pasada, donde un lord británico, conservador, presentaba su dimisión por llegar dos minutos tarde al parlamento y retrasar su respuesta a una diputada del partido laborista. El parlamentario pidió disculpas en el hemiciclo, donde comentó sentirse avergonzado por tal descortesía. Esta historia puede quedar en anécdota o en un ejemplo a seguir, donde valorar la educación y el privilegio de ser representante público. Evidentemente la primera ministra, Theresa May, no ha admitido tal dimisión. Mientras esto sucedía en la pérfida Albión aquí en la ciudad de Valencia, el equipo de gobierno municipal quería aprobar un reglamento donde establecía privilegios tras dejar el cargo con dos años de compensación económica. Tal revuelo se armó, y con una unanimidad social, civil e incluso mediática, que el propio Ribó salió en la misma tarde para retirar tal reglamento por que daba a malentendidos. Seguiremos atentamente esta cuestión, que roza la indecencia, y que son unos privilegios que no disfrutan ni los propios diputados autonómicos. Seguimos con las actitudes poco decentes, esta vez de la vicepresidenta Mónica Oltra, que cuando era el azote de los populares, desde la oposición, lideró desde su partido la campaña “desenxufa´ls”, donde aireaban los cargos a dedo nombrados por los populares en las diferentes administraciones. Hoy nos hemos desayunado con que ella misma ya tiene su cuota de asesores ya cubierta y los nombramientos los ha realizado a través del área de presidencia del propio Ximo Puig. La propia Oltra ya cuenta a día de hoy con trece asesores ni más ni menos, para gustos los colores. Imagen de la vicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra - EFE Por otra parte la Confederación Empresarial Valenciana (CEV) ha iniciado una ronda de contactos con los partidos con representación política en les Corts para que tomen partido en la negociación de los PGE de cara a 2018 con el fin de mejorar y negociar la inversión estatal en la Comunitat Valenciana. Todo ello tras el no rotundo el año pasado de apoyar tales presupuestos y viendo que tanto PNV como Coalición Canaria sí que supieron sacar “tajada” de tal apoyo. La coportavoz de Compromís, Agueda Micó, respondió “que no se trata sólo de dinero, que es también ideología” y que ellos nunca actuarán como el PNV y CC, calficando su actuación de “pasteleo”. Conclusión, las Micó, Oltra, Ferri, Baldoví…. priman más su propia ideología que el interés general de todos los valencianos. Que le quede claro a Salvador Navarro y los empresarios que componen la CEV. La semana pasada la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, vino a Valencia a “ungir” el trabajo de Isabel Bonig a través de un desayuno de Nueva Economía Fórum, pero después tuvo un encuentro privado con los empresarios donde por lo menos tuvo que oír el descontento del sector con las políticas de Mariano Rajoy. El encuentro se prolongó por más de dos horas y la vicepresidenta se llevó varios recados, entre ellos el de la financiación autonómica, la estrategia industrial y el problema del agua, entre muchos otros.