La falta de inspiración aleja a las niñas y jóvenes de la ciencia
En nuestro país, el acceso de la mujer a los estudios superiores sigue en aumento. De hecho, ellas representan una clara mayoría en el ámbito universitario. Sin embargo, la diferencia radica en el tipo de estudios que cursan. La elección que aleja a las jóvenes del ámbito científico está motivada en gran parte por la falta de inspiración y motivación que encuentran en la sociedad.
A pesar de la aportación de las mujeres a la historia de la ciencia, como Marie Curie o Rosaline Frankilg, dicha rama, al igual que la de la tecnología, todavía no cuentan con una presencia femenina equiparable a la masculina.
Los datos publicados por el Ministerio de Educación, muestran como en 2016, en las materias de ciencias e informática, se matricularon 73,349 hombres, frente a 6.902 mujeres, es decir una tasa de un 9% de mujeres. Si nos referimos al conjunto de las ingenierías, frente a 131.100 hombres matriculados, solo lo hicieron 16,365 mujeres, es decir una tasa de un 12%, algo superior a la anterior.
Ellas no representan más de un 15% en este tipo de estudios, y esta realidad se da también en el mundo laboral tecnológico y científico, en el que tampoco superan más de un 20%.
“No sé cuál es el motivo por el que las mujeres no se decantan por las ingenierías. A mí me apasiona. No he sentido nunca machismo en la carrera ni en la vida laboral”
Según explica Noelia Martín, ingeniera de obras públicas, "a pesar de no haber sentido machismo en las aulas, lo cierto es era una de las pocas alumnas" de su carrera. “En mi año entramos una chica y yo. El resto eran todo chicos. Nos fuimos juntando con chicas de otros cursos, pero siempre éramos minoría”, comenta esta joven abulense, quien cree que lo importante es “incentivar más desde pequeños la importancia de la ciencia, tanto para avances tecnológicos, como científicos”, pues el “futuro está en la ciencia y en la tecnología”, y no debería haber diferencia de sexos en dicho ámbito.
Las razones para explicar estas diferencias pueden ser de lo más variadas, aunque los estereotipos de género y la falta de inspiración, influyen en la elección profesional de forma evidente.
Efecto Pigmalión
Para los expertos de Top Doctors, además de los mencionados estereotipos, es importante conocer qué papel juegan los prejuicios en el desarrollo de la ‘profecía autocumplida’ en cuanto al acceso de la mujer al mundo de la ciencia: el efecto Pigmalión.
Este resultado es lo que se establece cuando existe una creencia firme respecto a algo o alguien y esto termina modulando la situación o a la conducta de la persona. Es decir, es el efecto que tiene la motivación o la convicción si por ejemplo, se explica a una niña que podría ser una magnífica científica o que el mundo de las ciencias es un espacio para hombres.
“La sociedad espera que una mujer sea sensible, tierna y empática, y el hombre fuerte, valiente y agresivo” explica el Dr. Cristian Toribio, miembro del Centro Pisicopediátrico GUÍA
“La representación que nos hacemos de nosotros mismos, la interiorizamos, y nos dirige inevitablemente en nuestra toma de decisiones”.
Tal y como explica el Dr. Toribio, personalidad de cada uno se termina conformando a través de una serie de imágenes, percepciones, pensamientos, actitudes y emociones que nos definen, por ello la imagen que se proyecta a los más jóvenes es fundamental.“Aunque se encuentra en continua evolución, sin duda está determinada por el ambiente familiar y las experiencias vividas”, apunta el experto.
En este sentido, el papel de los estereotipos goza de gran protagonismo, porque al convertirse en patrones aceptados socialmente, pueden influir en nuestras decisiones y afectar al desarrollo personal y, también, profesional.
Predisposición biológica y educación
Los principales estereotipos que ponen barreras al acceso de la mujer en el mundo de la ciencia están relacionados con la predisposición biológica de las mujeres a ser más ‘emocionales’ y la de los hombres a ser más ‘lógicos’, de modo que nos hacemos una imagen mental de la mujer como una buena cuidadora, madre, artista o modista, y no científica, informática o ingeniera.
No existen estudios que demuestren que las decisiones de ese tipo se toman en base a la genética, sino que más bien se trata de una evolución cultural. En palabras del experto, no debería hablarse de erradicar estereotipos, que al fin y al cabo son conceptos e imágenes comúnmente aceptadas, sino de acabar con los prejuicios, que son los que dan lugar a estereotipos no ajustados a la realidad.
Un mal uso de la publicidad, un acceso estereotipado por razón de género a los juguetes infantiles y la falta de información en la materia son potentes herramientas en la generación y divulgación de prejuicios.
Para la doctora Saskyn, psicóloga de Top Doctors, “el reto está en la promoción social del potencial femenino y de todas las aportaciones a la ciencia que han hecho las mujeres. En fomentar actitudes igualitarias donde se prioricen los valores y la diversidad en la inteligencia por su condición de seres humanos instruidos, y no por razón género”.
Los expertos indican que la clave está en la educación temprana, pues es muy difícil cambiar los modelos adquiridos durante la infancia, que son los que van conformando una personalidad que nos identifica y con la que nos identificamos, y que nos hace sentir cómodos a la hora de cumplir las expectativas personales, familiares y sociales.