Festival del Liverpool en el Estadio Do Dragao

Con Íker Casillas suplente (una vez más), el Oporto fue víctima de su propia impotencia en un duelo de Champions que pronto se le hizo cada vez más cuesta arriba. El 0-5 hace justicia al poderío del Liverpool, muy superior de principio a fin. Debacle pura y dura en el Estadio do Dragao ante los competitivos pupilos de Jürgen Klopp, especialmente debido a la calidad de Mané y Salah, ese dúo atacante que reclama la atención en el olimpo europeo. Toda la plantilla portuense no cuesta ni de lejos los 85 millones de euros que tuvieron que desembolsar los ‘diablos rojos’ en este mercado invernal por el defensa central holandés Van Dijk… y en el terreno de juego quedó patente la diferencia. Los portugueses no dieron sensación en ningún momento de poder plantar cara al vendaval británico, fraguado en el empuje por las bandas y en un sólido esquema que desarboló los débiles argumentos del entrenador Sérgio Conceiçao, incapaz de doctorarse en Europa. La velada había comenzado con el ambiente de las grandes ocasiones, pero la noche se le amargó a los blanquiazules, muy por debajo de las exigencias de la maquinaria engrasada de uno de los históricos de la Premier League.