Indagan si los cargos de la “black” se anularon con dinero de la caja
La investigación de la Guardia Civil sobre el funcionamiento de la tesorería de la Faffe ha arrojado algunas certezas. La primera, la existencia de cajas con dinero en efectivo –cuatro en su sede central de Sevilla y las otras nueve en las gerencias provinciales que existían– y de al menos una tarjeta Visa de representación a disposición del director gerente Fernando Villén. Igualmente, y a través de las declaraciones de antiguos trabajadores recopiladas, los agentes de la UCO han descubierto que algunos gastos de la tarjeta de crédito fueron posteriormente anulados con el argumento de que se había utilizado esa forma de pago «por equivocación». La fórmula usada fue mediante pago en efectivo en mano, ingreso en efectivo en cuenta corriente o transferencia bancaria. Los representantes del Instituto Armado estudian la posibilidad de que el dinero en efectivo saliera igualmente de la caja de la Faffe, por lo que los fondos de la Fundación sirvieran para tapar los gastos no justificados cargados a la tarjeta de crédito.
En el atestado entregado al juzgado de Instrucción 6 de Sevilla y consultado por este periódico, figura la declaración como testigo de una trabajadora de la Dirección Económico Financiera que, entre sus funciones, se encargaba del «control y reposición de la Caja Central».
El informe detalla que «la Caja Central disponía de fondos por importe aproximado de 1.200 ó 1.500 euros y se utilizaban para pagar gastos diarios de pequeño valor, como por ejemplo, agua, desplazamientos a través de taxi, papelería..., si bien, en alguna ocasión aislada, también se pagó con la caja alguna comida realizada por los directores de la Faffe», se explica. Sin embargo, la empleada aseguró que «no recordaba y que no era normal» que se hicieran «ingresos en efectivo en la caja», una de las opciones para reintegrar el dinero abonado con la tarjeta de manera indebida, según explicó otra compañera a la Guardia Civil.
Los agentes también le preguntaron a esta trabajadora –que aseguró que era ella la persona que custodiaba la llave– si se habían realizado «pagos cargados en la contabilidad de la Faffe a la Caja Central en cuyo registro contable aparecería 'Devolución Visa'».
Según detalló, sólo se podía sacar dinero en efectivo de la caja previa presentación «de un ticket o factura justificativa» y que «todo importe que supere la cuantía de 1.500 euros no podría ser considerado como gasto financiado con fondos procedentes de la caja central».
En su declaración también consta que no recordaba haber manejado «ningún documento justificativo por importes superiores a 500 euros y mucho menos a 1.000 euros».
Las preguntas confirman que los responsables de la investigación buscan los movimientos de la «tarjeta black», los pagados y los anulados, y cómo y de dónde salió el dinero para reintegrar esos fondos públicos.
En este sentido, el PP-A reclamó ayer de nuevo a la Junta que publique «los listados de los movimientos» de las tarjetas vinculadas a la Faffe, incluido el presunto gasto –anulado luego– de casi 15.000 euros en un club de alterne de Sevilla. El Ejecutivo andaluz se remitió ayer a la investigación judicial.