La unión aduanera abre otra guerra en el Gabinete de May
La premier Theresa May se enfrenta una revuelta sin precedentes por parte de sus ministros euroescépticos al mostrarse dispuesta a mantener a todo el Reino Unido alineado con la unión aduanera tras el Brexit, en caso de que no se encuentre una solución para evitar la frontera dura en Irlanda antes del 29 de marzo de 2019, fecha del divorcio.
Downing Street tiene previsto publicar hoy un documento de cuatro páginas con su propuesta. Pero, según adelantó ayer la BBC, el hecho de que no se especifique un límite de tiempo para esta situación enfureció anoche sobremanera al ministro del Brexit, el euroescéptico David Davis, quien estaría dispuesto a enfrentarse públicamente contra la líder tory debilitando aún más su autoridad.
A finales de mes, se celebrará una cumbre europea clave donde la cuestión irlandesa será la gran protagonista. Bruselas pide a Londres soluciones, pero May sigue sin consensuar una postura con su gabinete. El año pasado, Bruselas propuso a la premier la posibilidad de dejar a Irlanda del Norte alineada con la unión aduanera para evitar una frontera dura. Pero la opción fue rápidamente rechazada. Tras perder la mayoría absoluta en las elecciones del año pasado, el gobierno en minoría de May depende del apoyo de los 10 diputados norirlandeses del DUP y estos le han dejado muy claro en repetidas ocasiones que no aceptarán ninguna propuesta que deje a la provincia en un estatus diferente al del resto del país.
El equipo negociador británico ya propuso el pasado mes de mayo que, si no se acordaba una solución antes de 2019, todo el Reino Unido podría quedar alineado con la unión aduanera. Eso sí, entonces sí se especificó un límite temporal. Pero el hecho de que ahora este matiz no quede aclarado en el documento anodino que está previsto que se publique hoy ha enfurecido al ala euroescéptica del gabinete, incluido a Davis que había pedido retrasar el envío del texto a Bruselas.
Asimismo, la propuesta de Downing Street también deja la puerta abierta a que el Tribunal de Justicia Europeo juegue un rol importante en la supervisión de este plan de emergencia, otra de las líneas rojas de los llamados Brexiteer.
Jacob Rees-Mogg, que preside el grupo de los tories euroescépticos sin cartera European Research Group de Tory, llegó ayer incluso a cuestionar si May seguía comprometida a respetar el mandato del electorado y llevar a cabo el Brexit.