El Rey insta a divulgar la herencia española en Estados Unidos
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La arquitectura, la comida, incluso la música –su gran patrimonio–, que han hecho de Nueva Orleans una de las ciudades más atractivas de EE.UU. guardan rastros o elementos de la presencia española desde el siglo XVI, cimentados sobre todo por los cuarenta años que la Luisiana fue posesión española, entre 1763 y 1803.
«¿Cómo? ¿Nueva Orleans fue española?», dice Thomas, sorprendido con la noticia al volante de su taxi. Son muchos en EE.UU. los que no relacionan a España con Luisiana o Nueva Orleans –donde la presencia francesa fue más duradera–, a pesar de que la ciudad lo dice a gritos. En sus edificios, en los nombres de muchas calles y en el ambiente. «Es la única ciudad caribeña de EE.UU.», asegura Tom en la barra de Seafood Superior, un bar bullicioso donde a media tarde vuelan las bandejas con ostras del Golfo de México y los vinos rosados helados.
Don Felipe quiso dejar de manifiesto esa desconexión en una intervención en el Gallier Hall, el antiguo ayuntamiento de la ciudad, donde los Reyes recibieron las llaves de la ciudad de manos de su alcaldesa, LaToya Cantrell. «Se podría decir que la historia de España en Luisiana no se conoce lo suficiente, a pesar de la riqueza de investigación meticulosa por parte de historiadores y académicos», aseguró el Rey. «Por ello, debemos trabajar para hacer de la herencia española y, con no menos importancia, el legado duradero español aquí más conocidos».
«Los españoles besaron nuestra ciudad», reconoció Catrell, que recoge la tradición de alcaldes afroamericanos de la ciudad, inaugurada por Ernest Nathan Morial en 1978. Bajo dominio español, Nueva Orleans fue una urbe pujante, «integradora, mestiza, sumamente original», aseguró el Rey, condiciones que dejaron sedimento en la ciudad, como los que baja el Misisipí. «No seríamos quienes somos sin esa relación con España, que todavía existe y prospera en esta ciudad», añadió la alcaldesa.
Como recordó Don Felipe, la historia de Luisiana no se puede desligar de la de España. Fue un marino español, Alonso Álvarez de Pineda, el primer europeo en explorar el Golfo de México. Se topó con una presencia de agua dulce tan grande que imaginó un río caudaloso en extremo, al que bautizó como río Espíritu Santo. La fundación de Nueva Orleans, casi un siglo después, fue francesa, cuya metrópoli buscaba ahondar su presencia en el Nuevo Mundo. De la creación de la ciudad se cumplen 300 años, motivo de la invitación a los Reyes para su visita.
Felipe VI destacó el progreso de Nueva Orleans bajo dominio español, las contribuciones de España a la Guerra de Independencia de EE.UU. «Si vamos a ser salvados, han de salvarnos Francia y España», dijo en su día Alexander Hamilton, padre fundador de EE.UU. y figura clave en los primeros pasos de la joven democracia. Especial importancia tuvieron las milicias organizadas por el gobernador Bernardo de Gálvez, «una figura que sobresale del resto», reconoció el Rey.
Gálvez, que estuvo al mando de la ciudad entre 1777 y 1785, organizó una milicia que peleó por la causa revolucionaria estadounidense formada por colonos españoles y franceses, descendientes de esclavos negros y nativos, en el primer batallón multirracial del joven país. «¿Qué importa al soberano que sea blanco o negro el que bien le sirve? He visto una bandera mejor defendida en las manos negras de un mulato que en poder de otras más blancas», dijo en una ocasión Gálvez.
Es uno de los capítulos de la presencia española en Luisiana y que recoge la exposición «Memoria recuperada: España Nueva Orleans y el apoyo a la Revolución Americana», que acoge el Palacio del Cabildo, el edificio que en su día fue la sede del Gobierno español en la ciudad. Los Reyes visitaron ayer por la tarde la exposición, patrocinada por Iberdrola, después de un almuerzo con las autoridades locales, entre quienes estaban el gobernador de Luisiana, John Edwards; uno de los senadores del estado, John Neely Kennedy; y la propia alcaldesa Catrell. A los Reyes les acompañaron el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell; y el embajador de España en EE.UU., Pedro Morenés.
Los Reyes continuarán hoy su viaje en San Antonio (Texas), que también cumple 300 años de su fundación y donde la huella española es todavía más evidente.