El Senado da un paso atrás y tumba la legalización del aborto en Argentina
Las mujeres argentinas seguirán sin tener derecho a decidir libremente sobre sus embarazos. Tras 16 horas de debate, el Senado ha rechazado la ley que pretendía permitir el aborto libre durante las primeras 14 semanas de gestación. 38 legisladores han votado en contra, frente a los 31 que han apoyado el proyecto y las 2 abstenciones.
El debate sobre el aborto ha generado una movilización sin precedentes en el país. Una multitudinaria vigilia siguió desde la calle la sesión parlamentaria, a pesar del frío y la lluvia, como ocurrió también durante el maratónico debate en la Cámara de Diputados en el que se aprobó hace dos meses la ley. Entonces la votación acabó con 129 legisladores a favor, 125 en contra y una abstención.
Pero el Senado ha decidido dar marcha atrás al proyecto e impedir que Argentina se convirtiera en el tercer país de América Latina donde la interrupción del embarazo es legal. Por ahora seguirán siendo solo Cuba y Uruguay, además del Distrito Federal de México.
Actualmente, las mujeres argentinas solo pueden interrumpir su embarazo en caso de violación o de riesgo para su vida. El proyecto que ha sido rechazado, muy parecido a la ley española, establecía el aborto libre en las primeras 14 semanas. Además, garantizaba el acceso al aborto en el sistema sanitario público.
Las senadoras y senadores que apoyaban la iniciativa la han defendido durante el debate aludiendo a los derechos de las mujeres y a la salud pública: que no mueran más mujeres en abortos clandestinos, que no lleguen a los hospitales públicos en estado grave y que puedan decidir sobre su cuerpo. Los contrarios a la ley han hablado de la posibilidad de salvar "las dos vidas" y de que no es justo hacer pasar por ese trance a las mujeres.
Un debate social, un proyecto suspendido
Tras la decisión del Senado, no se podrá volver a plantear una nueva ley del aborto hasta el próximo periodo de sesiones. El año que viene hay elecciones presidenciales, por lo que es más que improbable que el proyecto vuelva a iniciar su trámite legislativo. Los impulsores de la ley confían en que han instalado el debate en la sociedad y en que el tema forme parte de las próximas campañas electorales.
Sin embargo, es evidente que la legalización del aborto ha generado divisiones dentro de los propios partidos. Incluso en el Gobierno de Mauricio Macri: la pareja de su jefe de Gabinete, Marcos Peña, marchó junto a las defensoras del aborto libre. Aún así, en la coalición Cambiemos primó el rechazo al proyecto: en Diputados contaron 47 votos a favor y 65 negativos, y en el Senado fueron apenas 8 positivos frente a 17 negativos.
No importa cuál sea el resultado, hoy ganará la democracia https://t.co/BJePiAS5dd
— Mauricio Macri (@mauriciomacri) 8 de agosto de 2018
El presidente Mauricio Macri, que al principio se mostró muy claramente "a favor de la vida" luego fue moderando su discurso y antes del debate hizo esfuerzos para mantener cierta distancia. No así la vicepresidenta, Gabriela Michetti, que se pronunció en contra del aborto incluso en casos de violación. Durante el debate la también presidenta del Senado tuvo una fuerte discusión con un senador a favor de la legalización, y cuando acabó la votación que rechazaba el proyecto celebró con un "Vamos todavía, vamos" que oyó todo el recinto a través de los micrófonos abiertos en la mesa.
La expresidenta Cristina Fernández de Kirchner fue una de las senadoras que cambió su posición inicial en contra del aborto –durante sus gobiernos el proyecto no consiguió siquiera el trámite parlamentario–. "Algunos dicen que fue mi hija, una militante feminista, la que me hizo cambiar de opinión. Y no, no fue mi hija. Fueron las miles y miles de chicas que se volcaron a la calle. Verlas abordar la cuestión feminista, verlas criticar, pero también describir la realidad de una sociedad patriarcal nos debe colocar a todos en un lugar distinto".
Fuera del recinto el debate se teñía de celeste y de verde. Los antiabortistas y la marea feminista que ha impulsado el proyecto de ley en las calles seguían estoicamente la sesión a las puertas del Senado, separados por vallas y defendiéndose de la lluvia y el frío con paraguas y hogueras improvisadas en la calle. La decepción entre los miles y miles de pañuelos verdes se materializaba durante la votación, aunque desde el principio se sabía que era casi imposible que el texto se aprobara. Pero los cánticos seguían: "Iglesia y senadores, no jueguen con nuestras vidas". "Sin aborto legal no hay 'Ni Una Menos".
Por una vez, la conclusión de los analistas políticos en los principales periódicos coincidía con el de las mujeres que se mantuvieron en la calle hasta la madrugada. La sensación es que no hay vuelta atrás. Esta vez no se ha conseguido dar el paso, pero es solo cuestión de tiempo.