El retorno de Elba
En México, el paradigma marxista que asienta que la historia se repite: a veces como farsa y otras tantas como tragedia, no puede ser más que cierto y permanente.
Luego de pasar parte del sexenio presente presa por fraude y lavado de dinero—quizá el único “logro” en materia de Justicia por parte del Gobierno federal—Elba Esther Gordillo, la sempiterna líder sindical y una de las responsables del atraso educativo de generaciones de mexicanos saldrá libre, nada más y nada menos que el mismo día que Andrés Manuel López Obrador tome protesta institucional (gracias a las mismas instituciones que antes mandaba al diablo y descalificaba como fraudulentas).
En este mismo tenor, aún resuena en la memoria como el propio López Obrador solía culpar desde el 2006 a la ex líder sindical de orquestar un fraude electoral en su contra, y lo mismo repitió durante los comicios del 2012: incluyéndola en la lista esquizoide de lo que él llamaba “la mafia del poder” (ahora, sus amigos) y como parte del discurso maniqueo que repitió durante al menos dos sexenios
Sin embargo, no será sino hasta el año pasado que el nombre saliera a relucir como una importante operadora política en la elección presidencial del 2018, hecho patentado tras la inclusión del nieto favorito de la misma (René Fujiwara), su yerno (Fernando González Sánchez) y su lugarteniente(Rafael Ochoa Guzmán) al proyecto de MORENA, despertando sospechas sobre la razón de este acercamiento por parte de quien fuera el eterno candidato rumbo a las elecciones del 1 de julio.
En su defensa y en la de su jefe, ante lo que a claras luces se ve como una amnistía sin pudor alguno, la próxima secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero—conocida protectora de Florence Cassez y de Mario Marín—justificó la salida de prisión de Gordillo (dada a conocer el mismo día que AMLO recibió constancia como presidente electo) diciendo que los cargos contra ella “eran muy débiles”.
En política no hay coincidencias sino acuerdos. De modo que quienes pretenden que la liberación de una de las principales aliadas de quien se autoproclamara la “esperanza de México” es mera coincidencia, tendrán que hacerlo tapándose los ojos—y apretando las narices—durante todo el sexenio.
enrique.sada@hotmail.com