Hamilton gana y Alonso, penúltimo
El título de equipos estaba en juego, y eso, para un fabricante de automóviles que invierte miles de millones en la F-1 es algo muy importante. La lucha entre los Mercedes y los Ferrari por este honor era lo más importante del Gran Premio de Brasil y desde luego la batalla mereció la pena. Pero no entre ambos equipos, sino entre Hamilton y Verstappen con el Red Bull. El holandés demostró que es la figura emergente que protagonizará los próximos años en este deporte si es que el motor Honda que equipará su escudería en 2019 lo permite.
Hoy dio toda una lección de velocidad y gestión de neumáticos durante la primera parte de la carrera hasta que Ocon acabó con sus opciones de victoria. El piloto de la escudería energética alcanzó el liderato después de superar a pilotos como Vettel y Hamilton, sin embargo, cuando se disponía a doblar al de Force India el francés se equivocó y ambos chocaron. Esto les costó a los dos hacer un trompo y esto impidió a Verstappen conseguir una nueva victoria, muy merecida por otro lado. De no ser por este incidente de carrera Hamilton no hubiera logrado subir a lo más alto del podio. Y todo eso, apurando hasta el final porque a pesar de tener el coche dañado, Verstappen no cejó en su empeño hasta el último suspiro. Los giros finales se convirtieron en toda una persecución entre ambos pilotos que acabaron con el inglés victorioso. Otro tanto ocurrió entre Raikkonen, tercero, y Ricciardo.
Los españoles no tuvieron un buen fin de semana en Brasil. Sainz acabó decimosegundo después de vivir unos momentos muy intensos en la salida peleando con su compañero Hulkenberg. Fue el momento en el que el madrileño demostró que también puede ser muy agresivo en pista. Por su parte, McLaren y Fernando Alonso deberían borrar de su cabeza su rendimiento en el circuito de Interlagos. El monoplaza “naranja” es, en la última parte de la temporada, el peor de todos, y eso hace que el piloto asturiano tenga que hacer verdaderos esfuerzos para no perder la calma en pista. Incluso, tuvo una discusión con su ingeniero y “cortaron” toda comunicación en pista y, además, fue investigado por la FIA por no respetar las banderas azules que obligan a los pilotos doblados a dejar adelantar al piloto que viene por detrás. Y todo eso es difícil de asimilar para todo un bicampeón del mundo y ganador de las 24 horas de Le Mans. Su despedida de la Formula 1 se producirá dentro de dos semanas en Abu Dabi, pero antes volverá al mundial de resistencia para correr con Toyota en Shanghai. Hoy cruzó la línea de meta en penúltimo lugar.