Así nacen los himnos
0
Movistar acaba de incorporar a su catálogo «John & Yoko. Above Us Only Sky», un documental sobre la vida de dos de los artistas más influyentes del siglo pasado durante esos meses de retiro bucólico. Julian Lennon, nacido del matrimonio entre el músico y Cynthia Powell, recuerda en la cinta que por aquel entonces no pensaban «demasiado en nada y todo lo negativo que podía pasarnos venía del exterior». John Lennon, como un robinsón del rock n roll, se hizo construir un estudio a toda prisa para no depender de nada que estuviese más allá de las lindes de su finca. El hippie ya empezaba a conocer los encantos de la vida burguesa y pasó el resto de su vida oscilando entre un extremo y el otro.
Fue en ese tiempo cuando nació «Imagine», la canción que acabaría por convertirse en el himno de los movimientos civiles y de las protestas contra la guerra de Vietnam. Tariq Ali, intelectual marxista y amigo de la pareja, cuenta en el documental que visitaba con frecuencia la casa para informarles de lo que sucedía en el sudeste asiático o en la guerra de Nigeria y darles consejos sobre su activismo pacifista. Yoko Ono, nacida en una de las familias más poderosas de Japón, arrastraba desde la infancia el trauma que le supuso ver su casa destruida por los bombardeos estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial.
La historia de Lennon y Ono, como todas las buenas historias, no está falta de contradicciones. Sería fácil entenderla como la aventura escapista de una pareja de millonarios alejándose del mundanal ruido para dedicarse a la contemplación de su propio ombligo. No hay duda de que se trata de un diagnóstico acertado, pero también incompleto, como demuestra su perseverante compromiso con la paz (desde su refugio en el campo Lennon le envío una carta a la reina renunciando a su «Orden del Imperio Británico» por la postura del gobierno inglés ante la guerra de Vietnam).
Por otro lado, la ligereza y la frivolidad de los valores hippiosos que predicaban eran contrarrestadas con una espartana disciplina de trabajo en el estudio, donde pasaban largas horas ensayando junto a su banda. Los músicos que salen en la película recuerdan a Lennon como un trabajador ansioso, obsesivo y perfeccionista. Se recogen en el documental otras declaraciones de Lennon que resaltan ese carácter ambiguo que tal vez sea el propio de los grandes artistas: «Amo a Yoko y quiero poseerla completamente, tenerla solo para mí; aunque intelectualmente sé que querer poseer a una persona es algo asqueroso».