El hada Edrielle
Había una vez un hada -sí, esa que aparece en los cuentos- pero la misión de esta bella hada era cuidar de los empresarios y sus negocios; sí… tiene usted razón. ¡Eso, cumplirles todos los deseos que estos señores empresarios tengan! Para que les vaya muy bien en sus negocios! Se llama Edrielle, por cierto amiga del duende Brucie, ¿lo recuerdan? Ahora ella hará su trabajo por un tiempo, a ver qué sucede. Un empresario vendía muy bien, tanto que no se daba abasto; un día el hada le escuchó decir: “es que no puedo con tanto cliente, el producto se me acaba”, y el hada movió su varita mágica, dejándole solo la mitad de los clientes que tenía, para que le alcanzara satisfacer a todos, mismos que partieron a otra empresa, sí, de la competencia. El otro fabricante de juguetes se quejaba amargamente de no tener mercado y la producción de temporada se le quedaba; el hada concedió su deseo de otorgarle un mercado muy grande, tanto que no se dio abasto con tanta demanda; la oferta no le alcanzó, quedando mal con parte de sus clientes. Don Próspero se molestaba cada vez que los clientes se quejaban del mal servicio; decía “qué latosos son estos clientes”. El hada Edrielle le concedió ya no tener clientes quejumbrosos, sino al contrario, que alababan mucho lo que hacía, tanto que no se daba abasto, escuchando tantos halagos y creyéndose lo máximo, con alguien que al final quedaba mal por presumido, y perdía clientes por arrogante. La dueña de aquel negocio se quejaba de que deseaba tener vacaciones navideñas y de fin de año; el hada se lo concedió, solo que cuando regresó ya no había más empresa. Edrielle le concedió a Joselito ya no trabajar; al barbero de Penny Lane ya no tener a quién cortarle la barba; a don Jacinto, expandir su mercado de artesanías, pero sin tantas ventas para que le alcanzara; al hijo del Fantasma del Rincón, establecer su fábrica de zapatos solo en la localidad, y no expandirse; y a los vendedores de la Alameda, conformarse con la venta de un carrito de productos, ¿para qué más? Todo en la vida tiene que guardar un equilibrio y un balance para poderse soportar con los recursos que se tienen; si excedemos de estos, puede ser contraproducente, así como el hada Edrielle lo demostró, que les concede sus deseos a todos los empresarios; por ello hay que planear y presupuestar. Este es el tiempo de llevarlo a cabo; ahora sí, pidan algún deseo. ¿Qué quieren? ¡Felices fiestas!