Filtros
Entré muchas veces a las librerías de las calles de Cuba, de Donceles y solo traje conmigo estallidos alérgicos al polvo. Muchas veces culpé a mi mala suerte, como si el pasado prestigioso me despreciara. Me sepultaba en una montaña de libros amarillentos y hallaba volúmenes que daban pena: un diccionario de Matusalén, un Atlas de la Geografía Mexicana de los años cincuenta, novelas rosas de los 40. Nada. En cambio, mis amigos estiraban la mano y encontraban tesoros bibliográficos en el mismo lugar donde yo había respirado polvo sin prestigio.
Los prodigios del pasado me eludían, la fortuna se entregaba a los otros. Después de una o dos horas de búsqueda, mis resultados eran vergonzosos y las noticias de los descubrimientos ajenos simplemente alarmantes. Alguien revelaba el escándalo: ¿Ya viste lo que encontró Saborit? Antonio Saborit sostenía los tres primeros tomos de El Mundo Ilustrado, la revista que dirigió Rafael Reyes Espíndola desde principios del siglo XX. Cómo pesaban aquellos tomazos. Todos muertos de envidia.
A la hora de la verdad exhibí mi hallazgo. Se trataba de un libro de 75 páginas: Filtros mágicos para alcanzarlo todo, publicado por la Editora y Distribuidora Mexicana en su colección Adelita. El misterioso autor de esas páginas firmaba como Doctor Kulzner. Este debe ser un alemán genial, pensé entre los anaqueles, y me lo llevé conmigo. Año de publicación: 1975, lo cual equivalía en ese entonces casi a una novedad editorial. El pasado es el pasado, sea ayer o hace cien años, me defendí, pero de inmediato sentí las miradas compasivas ante la flor que había traído de la antigüedad.
Como pasa con muchas cosas en la vida, no valoré aquel libro en su momento. Lo hallé de nuevo hace unos días mientras agregaba un poco de desorden en mis libreros y lo leí completo antes de devolverlo al lugar en el que durmió 30 años. El libro de Kulzner ofrece filtros mágicos para alcanzarlo todo. Así son los alemanes, no le dejan nada a nadie, arrasan. Los filtros se ocupan de la variedad incalculable del alma humana: “Para impedir que un hombre sea infiel”, “Para adivinar si dos mujeres tienen relaciones amorosas”, “Para apagar los ardores amorosos en la mujer”, “Para devolver la potencia al hombre que la ha perdido”, “Para perjudicar a un enemigo”, “Para provocar sueños venturosos”, “Para triunfar en todas las empresas”. Me detuve con especial atención en el filtro secreto para hacerse amar por todas las mujeres. No vamos a andar con naderías. ¿O sí?