Avión con galletas y frituras
Pese a que el Gobierno del Estado en la administración de Aristóteles Sandoval contaba para los traslados en el país con un avión BEECH Jet, modelo 1988, número de serie RJ 48, matrícula XC-LJS comprado en el gobierno de Emilio González Márquez, prefería contratar los servicios de taxi aéreo.
De esta manera, el mandatario estatal viajó con frecuencia en un Learjet 45 alquilado a la empresa “El Caminante, Taxi Aéreo, S.A. de C.V.”, en viajes por ejemplo a la Ciudad de México, aunque aterrizaba en el aeropuerto de Toluca.
El contrato 001-Quarter/15 es un botón de muestra de esta práctica común. De acuerdo con el documento (en poder de este columnista), el 15 de enero de 2015 a través de la Secretaría de Planeación, Administración y Finanzas, se celebró el contrato con la citada empresa para recibir 65 horas de vuelo a lo largo del año.
El monto fue fijado en 237 mil 510 dólares, estipulando un tipo de cambio en 17 pesos moneda nacional, es decir, 4 millones 37 mil 670 pesos. El precio por hora pactado fue de 3 mil 150 dólares, más IVA, lo que deba un total de 3 mil 654 dólares por hora, esto quiere decir, 62 mil 118 pesos por cada hora de vuelo.
La partida especial fue la 3252 de “Arrendamiento de vehículos terrestres, aéreos, marítimos, lacustres y fluviales para servicios administrativos” según oficio CGAP/FG/FC/0032/2015 de fecha 12 de enero de 2015, firmado por el coordinador general de administración de la Fiscalía General del Estado, José de Jesús Sánchez Guerra.
El prestador del servicio, en este caso El Caminante, Taxi Aéreo, S.A. de C.V., se comprometía a incluir dos pilotos “altamente capacitados”, así como servicio de agua, refrescos, café, galletas y frituras, además de correr con los gastos de operación.
Un avión ejecutivo con botana incluida, nada mal para la dependencia solicitante, la Fiscalía General del Estado, que en sus tareas sustantivas se encuentra la investigación de los delitos, mantener la paz pública y “vigilar la observancia de los principios de constitucionalidad y legalidad en el ámbito de su competencia”.
En el 2015, cada vuelo redondo a Toluca en el Learjet 45 implicaba dos horas por lo menos de uso, lo que significaba 124 mil 236 pesos. Un vuelo redondo comercial en un asiento de clase turista en Aeroméxico, por ejemplo, costaba un estimado de 5 mil pesos; para una comitiva de 8 personas, un gasto total de 40 mil pesos, es decir poco menos que la tercera parte de la renta del avión.
La información sobre la utilización de la flota del gobierno estatal siempre se mantuvo bajo el manto de la discrecionalidad argumentando “razones de seguridad”.
Al inicio del gobierno de Aristóteles, tuvieron que hacer frente a la solicitud de información del 25 de junio de 2013, donde un ciudadano pedía a la Secretaría de Planeación, Administración y Finanzas (SEPAF), bajo folio 00927213, conocer lo siguiente:
“Solicito acceso a las bitácoras de las aeronaves que son propiedad del Gobierno del Estado para trasladarse, en las que se incluya la identificación de la aeronave, los tripulantes, el origen y destino del trayecto, así como su objeto, en el período comprendido del 1 de enero de 2013 a la fecha de respuesta de esta petición”.
La SEPAF se declara incompetente sobre el tema, ante lo cual el ITEI envía el 19 de julio de 2013 a la Secretaría de Gobierno que es el sujeto obligado correcto, para que responda al solicitante.
Pero la Secretaría de Gobierno mediante oficio 1198/2013UTEIP-SGG-216/2013 el 24 de julio de 2013, resuelve improcedente la petición por haber reservado la información de las bitácoras de vuelo por motivos de seguridad, “cuyo conocimiento general pudiera poner en peligro la integridad de alguna persona o servidor público”.
El ciudadano presentaría un recurso de revisión y el ITEI en el expediente 240/2013 le da la razón al considerar que “erróneamente” el sujeto obligado considera riesgo de seguridad informar sobre viajes que ya se hicieron y concluye:
“Que conocer las bitácoras de vuelo de las aeronaves propiedad o en uso del Poder Ejecutivo es de interés público ya que al tratarse de un medio de transporte para el que se destinan miles de pesos por trayecto, debe tenerse certeza de que las aeronaves son utilizadas con racionalidad y cuidando los recursos públicos”.
Si el actual gobernador Enrique Alfaro revisa las bitácoras de vuelo de la flota estatal y de los viajes realizados en el Learjet 45 rentado, se encontrará varias sorpresas.
Una de ellas será saber que el ahora exgobernador, usó el mismo avión que utilizaba en algunas giras artísticas, el dueño de la compañía de taxis aéreos que por cierto no canta mal las rancheras.
(Lo invito a que me lea, escuche y vea en www.paraleloveinte.com).
martinezmcarlos@hotmail.com