Que todo cambia es un principio ético y filosófico que suele ignorarse. De ahí, por ejemplo, la idea del “eterno femenino” como la idealización de “la” mujer poseedora de ciertas virtudes eternas: modestia, castidad, amabilidad, delicadeza y pureza, entre otras.
Primeramente, si todo cambia, esa idea de la mujer es falsa. Pero lo que es más grave, ¿en verdad se trata de virtudes? La modestia es una soga al cuello, ¿por qué no reconocer los propios logros? La castidad es una enfermedad mental antinatural. Читать дальше...