Felipe González Márquez (Sevilla, 1942) recibe en la minúscula sede de su fundación, en un pequeño local anexo a la Real Fábrica de Tapices de Atocha. Lleva tiempo tratando de contribuir, en su medida, a la normalización de la vida institucional, al restablecimiento de una atmósfera política razonable. Contactos en 'off', presencia en actos públicos, declaraciones selectivas. Cordial, expansivo, se expresa con ese tono de autoridad algo displicente que le ha dejado su larga experiencia de poder. Consciente de su «representatividad simbólica»... Читать дальше...