Sueño de Cañuelo
Entré ayer con un colega en El Cañuelo por la noche a refugiarnos de la calufa y a jugarnos un billar. Los Remedios era un páramo desértico con aparcamientos libres y algunas ventanas iluminadas que no completaban treses en raya en las fachadas de los edificios. Silencio de bochorno, susurros de aires acondicionados, gotas cayendo desde alguna máquina curtida formando un charco en el adoquín que conducía el agua por el surco del empedrado, como la meada del borracho, hacia ese oasis barriero, hacia... Читать дальше...