No solo de papá gobierno vive el hombre
Una frase que en las últimas fechas he escuchado y leído de manera constante en diversos medios de comunicación y en redes sociales es aquella que dice: “Los apoyos que está dando el gobierno para enfrentar la gran crisis generada por la pandemia son insuficientes”. Han sido diversos los analistas que aseguran que podríamos tardar hasta dos años en recuperar “medianamente” los empleos que se perdieron a raíz de la contingencia sanitaria. Y si…efectivamente, no dudo que tengan razón. Quizás faltan más estímulos por parte del gobierno para volver por lo menos, al nivel que teníamos antes del Covid-19. Pero también hay que reconocer que sí los hay, y que tanto a nivel federal como estatal se están entregando apoyos que le están dando una oportunidad de supervivencia a muchas familias.
Sin embargo hoy mi pregunta para ti, querido lector es: ¿papá gobierno es el único responsable de “extender la mano” para sacarnos del fango? ¿Y nosotros como ciudadanos, estamos pintados? La pregunta viene a colación pues hace unos días tuve la oportunidad de escuchar lo que ha padecido por la pandemia una emprendedora mexiquense; la estilista con la que me corto el pelo. Vino a mi casa ya que tuvo que cerrar su salón de belleza, pues como tantos microempresarios ya no le era posible pagar la renta. Su casera, una mujer de bastante solvencia económica, dueña de varias plazas y fraccionamientos, no quiso darle algún descuento importante que la ayudara a pasar el bache. Prefirió tener su plaza completamente vacía, a apoyar a sus inquilinos y garantizar rentas futuras; seguramente con la mentalidad egoísta de “prefiero no ganar, pero no regalar”.
Por otro lado, las redes sociales han ayudado a encaminar la buena voluntad de mucha gente. Vendedoras de flores, payasitos que intercambian globos por despensa, viejitos que venden dulces, han encontrado una cascada de apoyo solidario de personas que al conocer sus historias viralizadas, se vuelcan a depositar para ayudarles; lo cual es muy loable. Pero siempre cabe la pregunta: ¿tenemos que esperar a que nos conmueva un caso de ese tipo para decidirnos a apoyar?
Mañana se cumplen cuatro meses desde el inicio del confinamiento en nuestro país. Fue el 23 de marzo cuando nuestros hijos dejaron de ir al colegio, y cuando las empresas no esenciales se vieron obligadas a cerrar sus puertas. Si tras esos cuatro meses, tú continúas recibiendo algún ingreso y tienes la posibilidad de poner comida en tu mesa; entonces tú tienes la posibilidad de apoyar a alguien. No es necesario depositar en la cuenta bancaria del vendedor que se dio a conocer en redes sociales. Basta con salir a la esquina de tu casa. En cada cuadra de nuestra ciudad hay un vendedor que la está pasando mal, una mujer que está tratando de conseguir para su renta. Y no sólo los apoyes comprando lo que venden: da más, lo que puedas. Si tienes inquilinos que te rentan, muéstrate solidario. A la larga te conviene más que te paguen la mitad a tener tu local vacío y no recibir nada por él.
Momentos de desastre siempre han sacado lo mejor del mexicano. Temblores, huracanes e inundaciones son el ejemplo claro. Así que ya es momento que saquemos lo mejor de nosotros ante este tsunami llamado Covid. O a ti, ¿qué te dice el espejo?