La lectura de David Hume inspiró a Alexander Hamilton la idea de la democracia representativa para una inmensa extensión de territorio. El pebetero de esa democracia, en tanto que garantía institucional de la libertad política, está en la Constitución federal del 87 que la izquierda americana, tan totalitaria como las demás, quiere desencuadernar, porque el totalitarismo es incompatible con el poder dividido: que un poder vigile al otro poder para que el ciudadano pueda dormir tranquilo.
La corrupción de un triunvirato (los Creso, Pompeyo y César del Bachiller) arruinó la fatigada República romana, y el «faisanaje» de otro triunvirato (Clinton, Bush y Obama), que ha abrasado a bombas el planeta, arruinará la fatigada República americana con la chasca mediática de la...
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