El pensamiento más sublime puede desembocar en la abyección. Es el caso de Martin Heidegger, un hombre que elevó la filosofía a cotas rayanas con la mística y que también cayó hasta las simas más profundas de la iniquidad.
Es imposible no sentirse fascinado por «Ser y tiempo», la indagación más lúcida que jamás se ha escrito sobre la precariedad del hombre contemporáneo, aferrado a una técnica que no colma su vacío existencial. Heidegger enterró la metafísica tradicional con su noción del «dasein», un estar ahí abierto al mundo que abole la distinción entre sujeto y objeto.
Su prodigioso dominio de las posibilidades expresivas de la lengua alemana, su análisis filológico a partir de la relectura de la filosofía griega y su...
Ver Más