Tres crisis que acusan al Gobierno
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Entre tanto, frente a la pandemia, Sánchez, falso federalista, se escuda en una organización territorial del Estado que no tiene hechuras para soportar esta crisis de salud pública sin coordinación ni liderazgo central. Y, aun así, la Comunidad de Madrid se ha erigido en el espejo donde se refleja la incompetencia de los responsables sanitarios del Ejecutivo central. Agotado el filón contra Isabel Díaz Ayuso, el Gobierno parece colapsado y sin criterio, con mensajes contradictorios y sin más oferta que un decreto de alarma por seis meses, es decir, abusivo y probablemente inconstitucional. La curva de contagios irá bajando, por supuesto, porque para eso está restringida la libertad de movimientos en la mayor parte del territorio nacional, pero no se deberá a una política activa planificada y ejecutada desde La Moncloa, como debería ser.
La crisis económica y de empleo ya sitúa a España como el país desarrollado con peores perspectivas a corto y medio plazo. El Gobierno no solo no toma medidas de reactivación de la actividad productiva o, al menos, de mantenimiento del tejido económico, sino que genera continuas incertidumbres sobre sus planes fiscales y sociales. Los ministros de Unidas Podemos son un factor constante de desacreditación de las propuestas económicas más o menos moderadas que lanza Nadia Calviño, agredida desde la extrema izquierda del Gobierno porque Sánchez nunca defiende a los que señala su comisario político, Pablo Iglesias.
Y la crisis de la inmigración ilegal en Canarias remata la dinámica de un Gobierno sin recursos para anticiparse y responder a los retos. La llegada de cayucos a las costas canarias empezó hace muchas semanas, las suficientes para que los departamentos de Interior e Inmigración y Seguridad Social previeran una logística adecuada para alojar a miles de inmigrantes irregulares y recabaran la colaboración de Marruecos para que controlara sus puertos de salida. Ni una cosa ni otra. La imagen de Arguineguín se habría llevado por delante a cualquier gobierno europeo medianamente preocupado por su dignidad. Las manos en las que está el Gobierno de España son torpes e incapaces.