Conviene no causar expectación exagerada cuando se empieza algo, porque luego es difícil satisfacer las expectativas. Máxime cuando en juego está un grupo de comunicación. Prisa para más señas. El empresario asturiano Blas Herrero sabe como pocos que la esperanza es una gran falsificadora de la verdad y así ha creado estos días un relato en el que la idea ha sobrepasado a la realidad. Con mucho, lo que va de gestionar una cadena de radiofórmula a una compañía editora de gran presencia donde los más grandes del Ibex han salido escaldados o tratan de salir. Al final, y en esta ocasión, tan escaldado como ha salido el propio empresario asturiano de la fallida experiencia, porque quien ha dado la... Ver Más