Como le dijo don Quijote a Sancho en sus andanzas por Sierra Morena, hacer el bien a villanos es echar agua al mar. Pero, ¿quién renuncia a verter siquiera un cubito sobre el océano del Congreso, donde esta semana se ha fundado la fábrica de necios de España? Ya sé que la queja es muda para el sordo, pero al menos alivia al herido. Y si van a consumar su plan para guiar a nuestros hijos a la burricie con la nueva ley educativa, qué menos que este humilde pataleo. Han puesto negro sobre blanco que no se puede repetir curso, que se avanza con cualquier repertorio de cates, lo que supone la abolición del esfuerzo y del compromiso como...
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