Día grande de Oliveira en Portugal
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❤️ La emoción de @_moliveira88 junto a su familia tras ganar en su casa
— DAZN España (@DAZN_ES) November 22, 2020
No ha podido contener las lágrimas...#PortugueseGP #MotoGP pic.twitter.com/H8bdaePXyO
«Es increíble. Sueñas con este tipo de carreras y por fin he sido capaz de lograrlo. Sencillamente quiero transmitir mi gratitud a la gente que no ha podido estar aquí. Y a mi equipo, es mi despedida y me siento muy bien de haber conseguido esta victoria para Tech 3. Y para mi familia porque está aquí y han podido ver la victoria, con una gran carrera», se expresaba el portugués, ojos enrojecidos bajo el casco.
Oliveira salió como una exhalación nada más apagarse el semáforo con el claro objetivo de intentar ser protagonista en la carrera de su casa, pero tras su estela había una serie de pilotos ávidos de cerrar la temporada con un buen resultado. En el lado opuesto, el campeón del mundo, Joan Mir, que comenzó con algún problema rozándose con Johann Zarco y con Pecco Bagnaia y terminó antes de tiempo la carrera por un problema mecánico.
Con el portugués destacado, por detrás Franco Morbidelli se instaló en la segunda posición, perseguido por el australiano Jack Miller y con el británico Cal Crutchlow un poco más atrás, en cabeza de un cuarteto en el que estaban Pol Espargaró, Stefan Bradl y Johann Zarco. Más atrás un grupo encabezado por el español Alex Rins en el que también estaban el japonés Takaaki Nakagami, el italiano Andrea Dovizioso , el francés Fabio Quartararo y los españoles Alex Márquez y Aleix Espargaró.
En cabeza, Miguel Oliveira supo mantener las diferencias mientras Morbidelli intentó aguantar los ataques de Jack Miller, que le superó en la última vuelta a pesar de todos sus esfuerzos, en tanto que Pol Espargaró se encontraba entre ellos, cuarto, y el grupo perseguidor, encabezado por el japonés Nakagami y en el que nadie cedía un ápice de terreno al rival, pero sin que nadie pudiese quitar el quinto puesto al nipón.