El G20 se compromete a que la vacuna del coronavirus sea universal
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Según el documento final, los países del G20 dan un «respaldo absoluto» a la difusión global de las vacunas contra la enfermedad y se comprometen a garantizar un «acceso asequible y equitativo» a todas las personas. El grupo considera que el control de la propagación del virus, que ya supera los 57 millones de contagiados y 1,3 millones de muertos, es «clave para sustentar la recuperación económica mundial». Este compromiso se plasma en el apoyo a los dispositivos coordinados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), como el Covax. Esta es la iniciativa de la OMS mediante la cual los países de ingresos medios y altos pueden financiar a los más pobres para que reciban vacunas. Los responsables del Covax precisan 23.600 millones de euros, de ellos 3.500 millones de euros deberían llegar antes de final de año para que puedan cumplir su misión.
El grupo se comprometió también a «abordar las necesidades financieras globales restantes», sin aportar detalle alguno. El único aspecto concreto dentro de la recuperación económica fue el anuncio de que se implementará la Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda (DSSI), «incluida su extensión hasta junio de 2021», tal y como recogió el documento final. 29 de los países más favorecidos del mundo ya se benefician de este mecanismo. Desde la vídeoconferencia que se celebró en marzo hasta la de este fin de semana, el G20 ha inyectado 17.700 millones de euros para mitigar el impacto en la economía mundial de la pandemia.
Cambio climático y relevo
En la segunda y última jornada de la cumbre hubo también tiempo para analizar el impacto del cambio climático, «uno los desafíos más urgentes de nuestro tiempo», según el texto aprobado por los veinte. Todas las miradas apuntaron a Donald Trump, que la víspera intervino de forma testimonial y abandonó la vídeoconferencia sobre la pandemia porque tenía que jugar a golf. Trump criticó una vez más el Acuerdo de París, del que Estados Unidos se retiró en 2019, porque «no fue diseñado para salvar el medio ambiente, fue diseñado para matar la economía estadounidense». En el polo opuesto se situó su homólogo y rival chino, Xi Jinping, quien pidió «la aplicación plena y efectiva» de este mismo acuerdo y reiteró que «China cumplirá sus compromisos» de reducir su pico de emisiones de CO2 para 2030 y ser un país neutro en carbono para 2060.
Antes del cierre de la cumbre, Riad propuso cambiar el formato del G20 para que a partir de ahora se celebre en dos reuniones diferentes, una virtual a mediados de año y otra presencial, al final. El rey Salmán pasó el testigo al presidente de Italia, Giussepe Conte, que ostentará la presidencia del grupo a partir del 1 de diciembre. Conte recibió el relevo con un mensaje en el que subrayó la importancia de reforzar la cooperación internacional y el multilateralismo, un mensaje directo a aquellos dirigentes que admiran el modelo implantado por Donald Trump, que apuesta justo por lo contrario. El multilateralismo vuelve al primer plano de la diplomacia internacional con el relevo al frente de la Casa Blanca.