Ser torero en Cataluña: un sueño en el exilio
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Ser aficionado a los toros en Cataluña se ha convertido en un hecho heroico; querer ser torero, un milagro. Conseguirlo, el cielo... Y hacia ese cielo miran todos los días un puñado de chavales que sueñan con la gloria vestidos de luces. Más de dos décadas lleva funcionando la Escuela Taurina de Cataluña y «tal y como están las cosas, nos vemos obligados a recorrer cientos de kilómetros para que los alumnos puedan torear una becerra. En nuestra tierra es inimaginable plantear siquiera una clase práctica, y eso que somos una entidad totalmente legal». Es el lamento del director de la Escuela, el matador de toros Enrique Guillén, protagonista de la última alternativa concedida en la plaza de toros Monumental... Ver Más