Comida para recoger en Sevilla: una leve concesión a los bares pero «insuficiente»
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Respecto a los bares y restaurantes, que han sido muy combativos con las restricciones que han tenido que sufrir, aunque se mantendrán con el mismo aforo y horarios, sí podrán abrir hasta las 21.30 horas para entregar pedidos a clientes para que los consuman en sus domicilios.
Desde la patronal de la hostelería no quisieron ayer hacer declaraciones ya que hasta hoy no se reunirán para valorar esta pequeña concesión que, a todas luces, parece insuficiente teniendo en cuenta las reclamaciones del sector al Gobierno andaluz. Los empresarios y trabajadores de los bares y restaurantes de Sevilla han venido reclamando a la Administración un plan de rescate con ayudas directas como ocurre en otras ciudades, pero aún no han sido recibidos de forma oficial por la Junta de Andalucía, según indicaron fuentes de la asociación, que precisaron que «nos hemos enterado por la prensa, como siempre».
Estas mismas fuentes, que evitaron hacer declaraciones sobre la nueva posibilidad de mantener abiertos sus negocios hasta las 21.30 horas para que los clientes acudan a recoger pedidos, sí indicaron que «hemos pedido más cosas». No obstante, sí es cierto que esta medida abre una nueva vía de negocio en estos tiempos y evitará confusiones o situaciones como la vivida la semana pasada en una pastelería de la Puerta Osario en la que el propietario fue denunciado por tener abierto el establecimiento a las 18.10 horas, sólo diez minutos después del horario de cierre, por entregar a una clienta un pedido hecho por Glovo.
Tabla de salvación a las jugueterías
Respecto a la medida de gracia para «el sector de los juguetes», tal y como señaló el presidente de la Junta de Andalucía, ahora las tiendas podrán abrir hasta las ocho de la tarde y no hasta las seis como ocurre con el resto del comercio. Esto, que a priori parece de ínfima importancia, sí salva en gran medida a los mayoristas y minoristas en plena campaña de Navidad. Hay que tener en cuenta que las jugueterías sevillanas, que ya de por sí encuentran un obstáculo con la competencia de las grandes superficies, gran parte de su facturación anual la tienen desde principios de diciembre hasta el 6 de enero, fundamentalmente durante el puente de la Inmaculada.
Con las restricciones sanitarias que obligan al cierre de toda actividad no esencial a las seis de la tarde, el golpe económico que iban a tener que soportar hubiera sido la puntilla en el peor momento del año. Por eso, desde el Gobierno andaluz se ha sido sensible con este sector, que se salva de tener que cerrar en el horario probablemente de mayor venta por la salida de los trabajos.
En este sentido, el propio Juanma Moreno manifestó que se ha intentado establecer «un equilibrio entre salvar todas las vidas posibles y todos los empleos».