Nuevos comienzos
Que este año que representa nuevos comienzos para muchos sea el año que las mujeres nos pongamos en primer lugar.
Que ocupemos el espacio que nos merecemos en las prioridades familiares, y no al final, como siempre, y como ya nadie parece notarlo.
Que si no hay con que pagarlo, busquemos, separemos, e instemos al compañero o a nuestros propios recursos a tomar en cuenta la necesidad de atender nuestra salud, nuestro crecimiento económico, nuestra estabilidad emocional y nuestros requerimientos de espacio personal e individualidad.
Y que este año, con esta nueva consciencia de merecimiento podamos ir al dentista, a la psicóloga, a la psiquiatra o al gimnasio; por un café, a comprar unos tenis nuevos, un abrigo o un sartén en donde no se pegue el huevo y no tengamos que pasar horas despegándolo, en vez de escribir poemas, darnos un baño largo o planificar proyectos.
Que apostemos por nuestro negocio o "emprendimiento" chiquito o hobby (como a veces lo llamamos con timidez), y aceptemos que merecemos crecerlo, respetarlo e invertirle tiempo, porque nos gusta, nos hace felices y nos provee para impulsar aquello que nos acerca a nuestras metas personales, individuales y de bienestar familiar.
Que sea el año que podamos comprarnos las cremas que le hacen falta a nuestro rostro, el maquillaje que siempre quisimos, los alimentos orgánicos que marca la dieta de la nutrióloga; aunque dejemos de lado por una vez, la pizza de cada viernes para los niños.
O bien, que elijamos la pizza, porque nos brinda paz mental y sensación de poder proveer a nuestros hijos de bienestar.
Mejor aún, que seamos tan abundantes que no tengamos que escoger para nada en qué invertir, y se nos haga cada vez más fácil darnos aquello que merecemos tanto económicamente como en tiempo, atención y bienestar.
Les deseo, madres del mundo, abundancia, y que vivan esta abundancia con una profunda seguridad de merecer estar en primer lugar, y no sólo porque son "madres de”; o porque "debes estar bien para criar bien", sino simplemente porque como seres humanos merecemos el mismo cuidado, atención y dedicación con el que nos han enseñado a socializar por miles de años.
Las mujeres merecemos mirarnos a nosotras mismas, aún después de ser madres, merecemos cultivar nuestra individualidad mientras maternamos, por la simple razón de que eso es nuestro derecho a la dignidad humana, dignidad que no debe quedar anulada al convertirnos en madres.
Abundancia y merecimiento para todas, en este nuevo comienzo o en todos aquellos que se les presenten durante el año y la vida.
nadjaramirezm@gmail.com