Las naves del Porvenir: donde la Cabalgata va por dentro
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La purpurina se ha quedado en los tarros y el papel metálico sin pegar. Las luces leed no parpadean y el poliespán o la madera no han tomado sus mil y una forma. Tampoco se escucha el sonido de los caramelos llenando hasta arriba las bodegas. En estos últimos siete meses, estas instalaciones donde se crea el mágico cortejo del 5 de enero han estado «apagadas», «solitarias» y hasta «tristes». Pero aún así, la fábrica de la ilusión no se ha rendido del todo. A contrarreloj, ajustándose a los cambios de normas y tirando de ingenio, ha habilitado nuevas sucursales en la calle Orfila -céntrica sede del Ateneo-, en internet y hasta en el mismo cielo de la ciudad para, como asegura el diputado mayor de gobierno de esta extensa cofradía sevillana, Manuel Sáinz, «pese a todo, Sus Majestades sigan viviendo a Sevilla y los niños no pierdan la ilusión».
El coronavirus ha puesto a prueba, y, a veces, literalmente al límite, a los Reyes Magos y a su fiel séquito de colaboradores. El camino de este año ha sido el más duro. Cuesta contemplar el cuartel general del Porvenir sin el frenesí de estos días. «Lo peor ha sido la desilusión de no poder organizar una Cabalgata a la forma habitual», confiesa Jesús Corral, director artístico del cortejo desde hace más de una década. Cuenta que en sus pensamientos están todos aquellos profesionales, «carpinteros, pintores, electricistas, transportistas... que son como una gran familia», y con los que, este año, no ha podido trabajar a fondo. «Me acuerdo de ellos y me da mucha tristeza».
Ángel Arispón y Carlos Varela, de Mundo Directo, con las retransmisiones por internet
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Sáinz, Corral y todo el equipo completo del Ateneo ha tenido que adaptarse a «un nuevo jaleo» que nada tiene que ver con el que conocían. Muchos han cambiado el pincel o la bata blanca del taller por el teclado o la cámara en la primera planta de la calle Orfila, lejos de los destellos dorados de las carrozas y el olor a madera. «Los Reyes Magos y sus ayudantes hemos tenido que hacer un curso acelerado de internet y redes sociales. No sabíamos tanto de ordenadores... y del tiempo. No tanto por la lluvia, sino por el viento que puede hacer», reconoce el director artístico de la Cabalgata en relación a la iniciativa que finalmente hará posible la visita de los Reyes a la ciudad.
«Hemos ido pensando en todo y descartando todo. ¿Cómo podían venir? ¿A caballo? ¿En camello? ¿Autobús? ¿En barco? ¿un cortejo estático en la Plaza de España?... Pero todo generaba aglomeraciones. Sevilla no es un pueblo pequeño», explica Sáinz, que recuerda con cariño cómo cuajó la opción de que Melchor, Gaspar y Baltasar surcaran los cielos de Sevilla. «Llegó Javier Benítez y su empresa de Globotur. Nos propuso la idea de venir en globo y, al final, es la que ha salido adelante».
Una alternativa segura y compatible con las normas y restricciones sanitarias, a la que se ha unido también las nuevas tecnologías. «También apareció también Carlos Varela, que ya había hecho la película del centenario de la Cabalgata, y empezamos a potenciar el canal youtube del Ateneo, pasando de 102 a 14.000 suscriptores».
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Y es que Sus Majestades estarán hoy muy presentes en las calles y, sobre todo en los hogares. «Vamos a verlos en los lugares habituales en lo que están cada 5 de enero, como en La Estrella, La Macarena, La Universidad o Capitanía...», apunta Sáinz, mientras que Varela y su socio, Ángel Arispón, de Mundo Directo, ultiman ante el teclado los preparativos de las retransmisiones en directo a través de streaming de estas secuencias insólitas. «Vamos a poder seguir paso a paso, su deambular por la ciudad para llegar directamente no tanto a un lugar físico, sino al corazón y al alma de todos los sevillanos», aventura Varela.
Todo ello perfectamente coordinado con Sus Majestades, que, aunque no irán en carrozas, sí llevarán algo de sus mágicos tronos en el globo. «Se adornará con purpurina y regalos enganchados en las cestas», comenta Corral, que junto con Sáinz, agradece la buena acogida y «la solidaridad» de todos, también de los cortejos de otros años en la recogida de alimentos y juguetes.
Pero el trabajo no termina hoy. El Ateneo avisa a los niños de Sevilla: «Ya solo quedan 364 días para la gran cabalgata de 2022». Sin duda, será la más esperada, «algo fantástico» y, como concluye Corral, «si ya lo era del mundo, ahora será la mejor del universo».