Reynoso es una gran opción
En Cruz Azul se han probado diferentes fórmulas y ninguna, desde 1997, ha dado el resultado que quieren en la Liga. Han desfilado varios directores deportivos, 13 entrenadores y decenas de futbolistas que se han quedado con la cuenta pendiente del título.
Si bien siempre se espera que La Máquina contrate entrenadores de prestigio, de una trayectoria importante, esa tampoco ha sido la solución a la sequía cementera. Así que, la oportunidad que le dan a Juan Reynoso es interesante. No es un entrenador que tenga un recorrido fuerte en el máximo circuito de México, ya que apenas en esta división ha dirigido al Puebla, y ya en algún momento en otras divisiones a Cruz Hidalgo.
Eso sí, ha sido auxiliar en Necaxa, en La Máquina y en La Franja, en esta última parada trabajó con Enrique Meza antes de que le dieran la oportunidad de tomar el timón.
Uno de los aspectos por los que Reynoso consideró no ha tenido un recorrido más amplio se debe a que no tiene promotor y por ello, las puertas de algunos equipos que trabajan con un agente de por medio no se han abierto.
En entrevista con Milenio-La Afición, Reynoso platicó que lo mismo le ocurrió como jugador, pero por aquellos días logró destacar, pese a todas las adversidades que había, ya que el número de extranjeros en los equipos era limitado y el poder lo tenían un puñado de representantes. Parte de esa gloria que alcanzó como futbolista le tocó vestido con los colores de Cruz Azul, equipo con el que fue campeón en 1997.
En Perú los títulos lo respaldan, encontró una fórmula ganadora que reflejó en el Puebla, un equipo que tiene buenos elementos, pero que en cuanto a plantel se refiere, es más corto que con el que hoy cuenta La Máquina, así que, sin duda, el tener estos elementos hará una diferencia importante para el entrenador.
Hoy Juan Reynoso es una buena opción para los cementeros. Es un técnico discreto en cuanto a personalidad, serio, trabajador, que imparte disciplina, y eso le ayudará a una institución como Cruz Azul, en la que definitivamente, más que hablar se necesita trabajo.