España choca con Francia y Alemania por su apoyo a Iberia tras el Brexit
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Entre los posibles focos de conflicto se encuentra el sector aéreo. Porque el acuerdo del Brexit no suprimió las reglas de control y propiedad que recoge la normativa europea para las aerolíneas, y ahora grupos con lazos con Reino Unido como IAG, Ryanair y easyJet tienen que demostrar que están en manos europeas para no perder sus licencias de vuelo.
El caso afecta de lleno a Iberia y Vueling (englobadas ambas en el holding IAG), y por tanto a España. El Gobierno de Pedro Sánchez ha dado su apoyo a ambas aerolíneas desde que estalló el proceso, asegurando públicamente que mantendrá sus licencias de vuelo porque son españolas y no británicas. Fuentes del sector aéreo explican no obstante que, pese a confiar en que estas aerolíneas cumplen con la normativa, España ha liderado un grupo (en el que también se encuentra Irlanda y Hungría) para suavizar las reglas de control y propiedad europeas.
La maniobra, adelantada por «Reuters», se topó con la oposición frontal de Francia y Alemania, que consiguieron tumbar la propuesta. Ambos Estados han regado con miles de millones a sus aerolíneas de bandera (Air France y Lufthansa, respectivamente) en los últimos meses, marcados por la crisis del coronavirus. Y estas empresas son rivales directos de Iberia y British Airways, que también está englobada en el holding hispano-británico.
El enfrentamiento, sin embargo, va más allá de esta disputa. La concesión o retirada de las licencias de vuelo está en manos de los gobiernos nacionales, y España no contempla ningún cambio. Pero la Unión Europea también puede actuar de oficio para reclamar que se cumpla la normativa. Además, las propias compañías aéreas pueden acudir a Bruselas con el apoyo de sus gobiernos si perciben que no se cumplen las normas de control.
IAG asegura que ya cumplen estas reglas. El mismo 1 de enero notificó a la CNMV que había modificado su consejo para contar con una mayoría de consejeros europeos. En concreto, abandonaron el órgano de dirección tres consejeros extracomunitarios y entraron tres europeos. Asimismo, el holding anunció que realizaría «cambios en la estructura existente de propiedad nacional del grupo en España», aunque no dio más detalles.
Los accionistas
Los rivales del grupo, sin embargo, creen que estos cambios no serán suficientes. Las reglas de la Unión Europea establecen que tanto el control de una compañía aérea como su propiedad deben estar, de forma mayoritaria, en manos europeas. Si bien el primer punto parece resuelto con los cambios del consejo, el segundo despierta más dudas entre los competidores del gigante aéreo.
El holding no ha desvelado si es propiedad de accionistas extracomunitarios, pero todo apunta a que así es. Según recogen los registros de la CNMV, los cinco primeros accionistas de IAG son extracomunitarios. Entre todos ellos, suman más del 30% del capital social del grupo.
«No veo cómo IAG puede sobrevivir como propietario de British Airways en un entorno posterior al Brexit», aseguró a principios de diciembre el consejero delegado de Ryanair, Michael O’Leary, quien también destacó que Francia y Alemania insistirían en el cumplimiento de las normas de control. La propia Ryanair, de origen irlandés, ha restringido los derechos de sus accionistas británicos tras el Brexit. EasyJet, por su parte, anunció el lunes que también suspendería los derechos de determinados inversores, ya que en la actualidad un 52% de sus accionistas proceden de fuera de la Unión Europea.
«Estamos vigilando de cerca la aplicación de los nuevos reglamentos en relación con el Brexit e nuestros competidores en la Unión Europea», advierten fuentes de Lufthansa en declaraciones a este periódico. El sector espera por tanto más movimientos de la matriz de Iberia, que aunque sí limitó en 2019 las compras de acciones de inversores extracomunitarios, especificó que esta medida no afectaría a los accionistas del Reino Unido y que ni siquiera estaba relacionada con el Brexit.
El tiempo juega a favor del grupo. Porque si bien el acuerdo del Brexit no ha tumbado las normas europeas, sí ha abierto la puerta a que estas se revisen. «Las partes examinarán en el Comité Especializado en Aeronáutica opciones para la liberalización recíproca de la propiedad y el control de sus compañías aéreas dentro de los 12 meses siguientes a la entrada en vigor de este acuerdo», reza el documento.
Un nuevo obstáculo para el sector aéreo
¿Por qué amenaza el Brexit a Iberia?
Porque la normativa europea establece que las aerolíneas que estén en manos extracomunitarias no podrán volar dentro del territorio. Iberia, al igual que Vueling, pertenece al holding hispano-británico IAG, que podría ser considerado un grupo extracomunitario tras la salida del Reino Unido de la UE.
¿Cómo puede demostrar una aerolínea que es europea?
La normativa exige que tanto el control (consejo de administración) como la propiedad (accionariado) sean europeos. IAG ha realizado cambios en su consejo y asegura que modificará «la estructura de propiedad nacional» en España.
¿Qué opina España sobre este asunto?
El Gobierno ha dado su apoyo a Iberia y Vueling, asegurando que son europeas y que no retirará su licencia de vuelo una vez consumado el Brexit. Además, ha intentado flexibilizar sin éxito las normas de control europeas
¿Por qué Francia y Alemania chocan con esta postura?
Ambos países son mucho más estrictos con el cumplimiento de las normas europeas porque sus aerolíneas de bandera (Air France y Lufthansa) no se verían en principio afectadas por esta medida.
¿Cómo se ha resuelto el problema?
Por el momento, Iberia sigue volando gracias al apoyo del gobierno español, pero no es descartable que alguna aerolínea denuncie su situación o la propia Comisión Europea le exija cambios en su accionariado.
¿El acuerdo del Brexit no dice nada al respecto?
El pacto no elimina las normas de control europeas y solo abre la puerta a que el Ejecutivo comunitario las revise en un plazo máximo de un año.