Los grandes festivales de la Comunidad Valenciana no quieren volver a vivir otro verano sin música en directo y ya preparan el terreno para adaptar su modelo de negocio a la situación epidemiológica de cada momento. Entre sus propuestas destaca la de realizar test de antígenos rápidos en las distintas entradas a los recintos, a los que se accedería con mascarilla y con cita previa para evitar aglomeraciones.
La Asociación de Promotores Musicales (MusicaProCV) ha presentado a la Conselleria de Sanidad su plan para la desescalada del sector, con vistas a que cuando llegue la época estival, a partir de mayo, gran parte de la población esté vacunada contra el coronavirus.
Se contemplan distintos escenarios -siempre al aire libre- en los que la gran mayoría del público estaría sentado con la distancia de seguridad y una cuarta parte se mantendría de pie en cuadrículas dibujadas en el suelo. Se propone, incluso, concentrar el cartel programado en un solo día. Si alguien abandonara el recinto, se vería obligado a pagarse su propio test para no perder la trazabilidad en lo que desde el sector consideran que sería un «espacio burbuja».
El presidente de la Federación Ocio, Turismo y Juego de la Comunidad Valenciana (FOTUR), Víctor Pérez, ha pedido a la Generalitat una reunión para «buscar el equilibrio» y que 25.000 personas puedan volver a trabajar tras un año sin poder ejercer su actividad.
Además, Pérez pone el foco en que la cultura debe ser segura pero viable: «Las orquestas solo han sacado sus camiones de las naves porque no pueden pagar el alquiler». Por ello, emplazan a las autoridades a programar una desescalada, elaborar un calendario que se vaya adaptando a las circunstancias con distintos formatos y aforos de cara a la temporada alta, no solo solo para los festivales o los ciclos de conciertos, sino también para las verbenas.
«No tiene sentido que puedas volar con un test hecho 72 horas antes y no puedas ver un espectáculo al aire libre con todas las medidas de seguridad», sostiene Pérez. «Tenemos que avanzar y generar ilusión porque la industria de la felicidad no se puede apagar», apunta, por lo que van a lanzar en los próximos días una campaña de sensibilización para pedir a la ciudadanía que cumpla con las medidas sanitarias contra el coronavirus.
Todo ello a la espera de los resultados del proyecto piloto del concierto de «Love of Lesbian» con 5.000 asistentes sin distancia social, en el Palau Sant Jordi de Barcelona, el próximo 27 de marzo. El público, que ha agotado las entradas, deberá realizarse un test de antígenos ese mismo día y llevar una mascarilla FFP2.
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Los grandes festivales de la Comunidad Valenciana no quieren volver a vivir otro verano sin música en directo y ya preparan el terreno para adaptar su modelo de negocio a la situación epidemiológica de cada momento. Entre sus propuestas destaca la de realizar test de antígenos rápidos en las distintas entradas a los recintos, a los que se accedería con mascarilla y con cita previa para evitar aglomeraciones.
La Asociación de Promotores Musicales (MusicaProCV) ha presentado a la Conselleria de Sanidad su plan para la desescalada del sector, con vistas a que cuando llegue la época estival, a partir de mayo, gran parte de la población esté vacunada contra el coronavirus.
Se contemplan distintos escenarios -siempre al aire libre- en los que la gran mayoría del público estaría sentado con la distancia de seguridad y una cuarta parte se mantendría de pie en cuadrículas dibujadas en el suelo. Se propone, incluso, concentrar el cartel programado en un solo día. Si alguien abandonara el recinto, se vería obligado a pagarse su propio test para no perder la trazabilidad en lo que desde el sector consideran que sería un «espacio burbuja».
El presidente de la Federación Ocio, Turismo y Juego de la Comunidad Valenciana (FOTUR), Víctor Pérez, ha pedido a la Generalitat una reunión para «buscar el equilibrio» y que 25.000 personas puedan volver a trabajar tras un año sin poder ejercer su actividad.
Además, Pérez pone el foco en que la cultura debe ser segura pero viable: «Las orquestas solo han sacado sus camiones de las naves porque no pueden pagar el alquiler». Por ello, emplazan a las autoridades a programar una desescalada, elaborar un calendario que se vaya adaptando a las circunstancias con distintos formatos y aforos de cara a la temporada alta, no solo solo para los festivales o los ciclos de conciertos, sino también para las verbenas.
«No tiene sentido que puedas volar con un test hecho 72 horas antes y no puedas ver un espectáculo al aire libre con todas las medidas de seguridad», sostiene Pérez. «Tenemos que avanzar y generar ilusión porque la industria de la felicidad no se puede apagar», apunta, por lo que van a lanzar en los próximos días una campaña de sensibilización para pedir a la ciudadanía que cumpla con las medidas sanitarias contra el coronavirus.
Todo ello a la espera de los resultados del proyecto piloto del concierto de «Love of Lesbian» con 5.000 asistentes sin distancia social, en el Palau Sant Jordi de Barcelona, el próximo 27 de marzo. El público, que ha agotado las entradas, deberá realizarse un test de antígenos ese mismo día y llevar una mascarilla FFP2.