Crítica de 'Godzilla vs. Kong': Esta noche, gran velada

Película muy esperada por los aficionados al cine de monstruos y que se presenta para ellos como un clásico para los del fútbol o una gran velada para los del boxeo. El Real Madrid contra el Barcelona, Cassius Clay contra Frazier, Godzilla contra King Kong… Y con esta idea, la película no puede defraudar, pues los dos colosos se atizan de lo lindo y los partidarios de uno y otro pueden seguir vistiendo su camiseta a pesar de (o precisamente por) el resultado.


La historia que rodea a la 'gran velada' está rellena con un argumento fantasioso sobre la teoría de la Tierra hueca, la gravedad y la antigravedad, pero uno puede saltar sobre todo eso como el gorilón por sus riscos. La mejor idea, que ya estaba en la película de Ishiro Honda hace sesenta años, es que King Kong sea utilizado como cortafuegos cuando a Godzilla se le vaya la olla y llegue a pisotear Hong Kong, uno de sus pasatiempos favoritos. Visualmente es impactante, aunque impresionarse ahora por lo visual es como pasmarse por lo amoral.


El arranque de la película es divertido, con King Kong desesperezándose y rascándose los glúteos en el parque temático donde vive como un dios, y su relación tierna y zalamera con una niña muda que lo entiende como a Woody Allen su psiquiatra. La cosa se tuerce rápido y uno sigue las zancadas de la trama tan entretenido como desconcertado, aunque llega a la conclusión de siempre, que la culpa de todo la tiene el árbitro y, en este caso, el ser humano.



Valoración de ABCPlay


Oti Rodríguez Marchante