Denle espacio al chef: la cocina como centro neurálgico del hogar
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En ese afán de integrarla en la sala, «ya no se ven tanto como cocinas sino como una parte más del salón, con sus correspondientes muebles», reconoce Cristina Puerta Ortiz, interiorista de Acana Interiorismo. Una integración en la que destaca «una tendencia muy natural, con maderas claras, colores cremas y algún toque especial y otra más oscura, utilizando ébano, nogal con colores topos y grises en donde se contrasta mucho con la luz».
En los últimos años se ha producido también una evolución en los estilos más demandados, colores y materiales. «El blanco ha dejado de tener un protagonismo tan claro y cada vez más se tiende a colores oscuros pero neutros. Una cocina integrada te pide elegancia», indica Diana Garralón, decoradora de interior de Cocinas Isoko. «También se ha dejado de pedir únicamente modelos de puerta lisa, las hay enmarcadas y vuelve el tirador, pero diferente, elegante, con forma. Se buscan puertas con personalidad», puntualiza. Además, las cocinas han dejado de alicatarse en su totalidad y cada vez es más frecuente encontrar revestimientos vinílicos y pinturas muy resistentes, «que abaratan la obra y así las personas pueden invertir en tener una cocina más completa», refiere Rosa Dios. En los suelos, Cristina Puerta señala que «se opta mucho por madera clara, de colores cálidos en formatos grandes que casi ni se notan las juntas».
Islas y penínsulas
Los electrodomésticos se integran con el mobiliario de la sala - © Cocina diseñada por RDestudio
Ya sea para almacenaje y mesa o para incorporar partes esenciales de la cocina como los fuegos o el fregadero, la isla es una opción cada vez más demandada en las cocinas. Es cierto que roba mucho espacio y ni siempre es posible encajarla, pero es un elemento que gusta entre los españoles. «Los menos atrevidos optan por utilizarla como almacenamiento y para sentarse y los que más arriesgan colocan los fuegos e incluyen la campana integrada en el techo», cuenta Diana Garralón. Otra solución es una península y tal y como subraya Rosa Dios, «una L con la encimera superpuesta, por ejemplo, queda muy bien». En lo que se refiere a la encimera, «vuelve mucho la piedra, el mármol, sobre todo la calacatta está teniendo mucho éxito», añade.
En cuanto a los muebles, ya está todo prácticamente inventado. Gavetas y rinconeros extraíbles, botellero, especiero…las cocinas son muy funcionales. Teniendo en cuenta que muchas cocinas están integradas en la sala, aumenta también la tendencia a los panelados. Los electrodomésticos se integran, se esconden tras los frentes del mobiliario, consiguiendo así espacios con líneas limpias y rectas. Además de la vitrocerámica y la placa de inducción, la placa Teppan Yaki va ganando adeptos una vez que se cocina cada vez más sano. Esta placa de acero para cocinar carne, pescado y verdura, se incrusta en la encimera.
Y la luz en la cocina, tampoco se puede olvidar. «En los techos se colocan tira de luz empotrados, queda más moderno», reconoce la interiorista de Acana. Todos los detalles cuentan a la hora de diseñar nuestra cocina, un espacio en el que apetece estar cada vez más tiempo.
El desayunador
La luz en las cocinas se cuida también al detalle y es habitual ahora colocar tiras de luz empotradas porque dan un toque moderno - © Cocina diseñada por Acana Interiorismo
Uno de los elementos ahora más demandados en las cocinas es el desayunador, unos muebles accesorios muy prácticos que pueden solucionar muchos problemas. «Suelen ser muebles de 90, en el que podemos colocar la cafetera, el tostador… elementos relacionados con el desayuno, que pueden tener incluso puerta escamoteable», cuenta la interiorista Garralón. Normalmente está al lado una zona de columna con el horno y el microondas y la parte de abajo se puede utilizar de despensa. Es también habitual que estén acompañados de sillas o butacas altas y prácticas que ocupan poco espacio.