Tenían por costumbre salir al balcón para decir adiós a su nieta cuando el padre iba a recogerla. Aquella tarde del 4 de junio de 2018 no fue diferente. Laia había merendado en casa de sus abuelos, visto la tele y, cuando el padre telefoneó para que fuese bajando mientras él llegaba a buscarla, la niña se despidió, muy contenta, porque al día siguiente iba de campamento. Laia bajó por las escaleras desde el segundo piso y los abuelos, como siempre, se asomaron al balcón para despedirla. Pero no vieron ya a Laia, que nunca llegó a salir del portal, según han relatado ambos como testigos en la primera sesión del juicio que ha comenzado este lunes en la Audiencia...
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