Los hosteleros califican de «broma macabra» que el único beneficio para el sector tras la mejora de los datos epidemiológicos sea la norma que permite ampliar de cuatro a seis los clientes por mesa, los mismos que estaban autorizados en Navidad, pero, para muchas familias y grupos de amigos, es un alivio poder sentarse de nuevo juntos y brindar. Los restauradores insisten en su petición de más horario y mayor aforo.