Ésta es la primavera que teníamos pendiente, la del año pasado, la que le robaron a Sabina y alguna otra que se me escapó de exámenes también a mí. Éste es aquel abril, aquellos abriles, que no tuvimos y ahora lo tengo entre las manos y lo miro como una alegría efímera que pasará rápido. Abril que tanto esperamos asomados a la ventana de casa, allí ofreciéndole el cuello a la muerte como si la primavera del año pasado hubiese sido una guillotina sin abril. Cuántas cabezas mirando al horizonte, pensando en este instante de ahora mismo. Cuántos planes… Tardes enteras imaginándolo vestido con sus terracitas, puesto de lirios y de botellines de cerveza vaciados con amigos.
Y aquí está...
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