Una ampliación a 35 años del período para calcular la jubilación recortaría más de un 8% las pensiones
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La variable más relevante en los resultados es la duración de la carrera laboral. Así, los individuos con trayectorias más cortas verían disminuir su pensión un 15% frente a aquellos con carreras largas, que sufrirían la mitad de reducción (7,5%). Por otro lado, los autores del informe detectan un posible problema de discriminación indirecta por razón de género: las mujeres presentan carreras laborales más cortas, con lo cual su pensión inicial se recortaría un 10,3%, frente a un 7,9% en el caso de los hombres. Esto supone una reducción superior al 30% para las mujeres, respecto a los hombres.
La edad de jubilación también tiene un efecto relevante en la pensión resultante. Según el Observatorio de Pensiones de WTW, el impacto para aquellos trabajadores que decidan demorar su jubilación será mayor con una reducción del 11,6% frente al 8% de los que opten por anticipar su retiro. En consecuencia, tal y como se apunta desde el Observatorio de Pensiones de WTW, los trabajadores podrían compensar, total o parcialmente, el recorte al apostar por modificar su comportamiento y retrasar, por ejemplo, su acceso a la jubilación.
Otro de los colectivos más perjudicados por el alargamiento del periodo de cómputo serían los autónomos. Los trabajadores por cuenta propia sufrirían una bajada del 10,3% frente al 8,6% de reducción en el régimen general. Esto se debe a que la inmensa mayoría de los autónomos cotizan por las bases mínimas durante los periodos más alejados de la edad de jubilación y a que los meses no cotizados computan con un valor de cero euros para este grupo.
Ahorro público
En cuanto al impacto sobre el gasto en pensiones, del análisis se desprende que el ahorro que generaría este cambio normativotardaría bastantes años en notarse en las arcas públicas, «como ocurre con todas las medidas que afectan solo a las nuevas pensiones de jubilación y, además, se implantan en un periodo transitorio largo». Concretamente, en 2040 el ahorro sería del 0,65% del PIB de ese año y ya en 2050 pasaría a ser del 0,88% del PIB. Desde esa fecha empezaría a descender para llegar en en 2067 al 0,64% del PIB.
«La ampliación del cálculo de la base reguladora debería hacerse, ya que mejoraría la contributividad y la sostenibilidad del sistema de pensiones. Sin embargo, conviene señalar que habría que tener cuidado con tres elementos: no se debería acompañar de la elección de los mejores años de cotización; habría que prestar atención a la posible modificación de la integración de los años no cotizados; y, por último, podrían surgir problemas por la posible discriminación por razón de género», apunta Rafael Villanueva, manager de Retirement de Willis Towers Watson.
Además los expertos de Observatorio de Pensiones de WTW insisten en que «esta medida no sería más que un parche para intentar paliar parcialmente toda una serie de problemas e inequidades que arrastra nuestro sistema de pensiones».