Equipos normales y paranormales
Ningún estadio ha sido tan maltratado por la ausencia de público como Anfield. La pandemia, que clausuró taquillas, prohibiendo al futbol emociones, pasiones y canciones, en su caso le arrancó los corazones: ese estadio se quedó sin alma. La soledad que vive el Liverpool desmontó el mito que lo envolvía en una experiencia paranormal: no existen los fantasmas en Anfield; sin gente, es un precioso montón de ladrillos rojos.
La eliminatoria entre Liverpool y Real Madrid, primero y tercero en las vitrinas de Champions, arrojó un documento revelador de esta complicada época. Durante más de un siglo, la literatura del futbol se encargó de promover y enriquecer la historia de estos clubes a partir de relatos fantásticos que describen Anfield como un pueblo unido, caminante y armado, alrededor de una heroica fortaleza medieval defendida por un dragón; y al Real Madrid, como un caballeroso adalid de brillante armadura que campeaba por las canchas del mundo desplegando su escudo y estandarte.
Pocos equipos en el mundo describen la ficción con tanto realismo: porque todos, hemos visto al estadio del Liverpool desaparecer rivales en sus túneles, y a la camiseta del Madrid ganar partidos cuando parecía muerto. Son leyendas que coinciden con la realidad.
Sin la fuerza de Anfield, el equipo que habita en él se volvió un vagabundo en la Premier y la Champions. La pandemia comprobó que los pulmones de la afición del Liverpool aspiraban balones a las redes, ellos hacían el primero y ponían el segundo. Mientras el Real Madrid, viaja con esa fuerza en la maleta, su leyenda es portátil: úsese en caso de emergencia, señala la etiqueta de su camiseta.
Para algunos, el futbol siempre será un juego que define la mayoría de sus partidos de forma normal y deportiva: gana el que mejor juega. Otros, seguiremos pensando que la magia del deporte concede poderes extraordinarios a ciertos equipos.
José Ramón Fernández Gutiérrez de Quevedo